Un nombre absurdo. Unas letras oscuras. Y un público fanático. El culto a Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota es el misterio más apasionante del rock argentino.
Noches de rock en Raji's, paseos en Kawasaki sin casco por 'freeways' de seis carrilles y la silla de Johnny Carson. Retorno a un viejo e inolvidable sueño americano.