La vida detrás de las palabras

El escritor argentino Andrés Neuman revive la historia de María Moliner, la bibliotecaria silenciada por el franquismo que escribió el diccionario más divertido del español.

La bibliotecaria María Moliner, figura central de la novela 'Hasta que empieza a brillar' de Andrés Neuman. HISTORIA DE ARAGÓN
La bibliotecaria María Moliner, figura central de la novela 'Hasta que empieza a brillar' de Andrés Neuman. HISTORIA DE ARAGÓN

“Soy escritor solo cuando escribo”, dijo una vez Haroldo Conti. Una frase que muchos escritores repiten en parte para justificar vidas compartimentadas, en parte para sacarse el peso de la obligación de ser geniales todo el tiempo. Escritores de este tipo, hay muchos. Buenos, muy buenos, malos, aburridos, maravillosos, molestos como pisotón en el dedo chiquito del pie. En cambio, escritores que son escritores todo el tiempo, incluso o sobre todo cuando duermen, hay pocos. Andrés Neuman pertenece a ese tipo de escritores. No solo porque son pocos los momentos en que no tiene un libro en la cabeza o entre manos. Sino porque escucharlo hablar, juntando palabras, haciéndolas brillar, en cualquier momento, sea por audios de whatsapp, en un café o viendo un partido de fútbol, es lo más cercano a la literatura por fuera de un libro. Neuman narra, piensa, sorprende, esconde, asocia, no solo cuando escribe; también lo hace cuando habla: en cualquier momento de su boca puede salir un cuento, una hipótesis para un ensayo, un verso que se diluye en el aire.

Durante el mes de mayo, Neuman estuvo haciendo literatura por las mesas de la Feria del Libro de Bogotá y la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. La excusa o el motivo para alejarse más de mil kilómetros de su casa en Granada, fue la publicación de la novela Hasta que empieza a brillar, donde ficcionaliza la vida, y por lo tanto la obra, de María Moliner, la mujer que creó con palabras una escultura en homenaje al lenguaje, como lo son los dos tomos del Diccionario de uso español.

A pocos días de “aterrizar en su país natal”, en sus palabras, Neuman se acercó a JB Libros, una librería ubicada en la Siberia de Villa Urquiza, en el arrabal norte de Buenos Aires. La entrevista se da en el patio de entrada, en un encuentro público y barrial que convoca a vecinos, lectores y libélulas que aparecen por sorpresa para iluminar la noche.

-Creo que vine a Argentina para estar acá -dice Neuman, develando la verdad que tráfica el chiste, cubierto con un tapado a cuadros negros y grises, para protegerse del frío otoñal que se instala tras la huida del sol-. Y este lugar se parece mucho más a mi idea de la literatura y de la cercanía con las palabras que otros recintos, digamos, imponentes, pero sumamente ruidosos en todos los sentidos.

Cerca de la mesa blanca de hierro desde donde habla Neuman, están los dos tomos del Diccionario de uso español. Se destaca por el tamaño y altura del resto de los libros de los estantes. El primer encuentro que Neuman tuvo con María Moliner, “con ese prodigio catedralicio de la lengua” que es su diccionario, lo tuvo al empezar a estudiar filología en Granada, la ciudad donde vive desde los 14 años, cuando sus padres llegaron a España exiliados de la dictadura cívico militar argentina. Al Diccionario de uso español, salvo los que se dedican a la filología nadie lo conoce por su nombre. Es el María Moliner o, sacándole el nombre femenino, el Moliner, sin más.

-Un diccionario hecho por una persona que se tragó a esa persona, que vampirizó a esa persona y a la cual doña María Moliner le entregó buena parte de su vida -dice Neuman.

Andrés Neuman durante la presentación de Hasta que empieza a brillar, su novela sobre María Moliner. CEDIDA
Andrés Neuman durante la presentación de 'Hasta que empieza a brillar', su novela sobre María Moliner. CEDIDA

María Moliner tardó 16 años en escribirlo. A esa porción de tiempo, Neuman le suma toda la vida anterior que se estuvo preparando para hacerlo, como archivera, bibliotecaria, docente. Una vida que Neuman narra en Hasta que empieza a brillar, con una estructura teatral dividida en cuatro actos cronológicos, escrita con un tono risueño, pícaro, tierno, apoyado por una tercera persona cercana a la protagonista tanto desde la admiración como en los modos de ver y estar en el mundo.

-María Moliner tiene una vida increíble que desemboca en su diccionario -dice Neuman, abriendo al público su descubrimiento-. De su vida me intrigó una especie de brecha que es de género, pero también política. Cuando estudiabas lexicografía y lingüística en la facultad, te hablaban poco de María Moliner, pero al salir del aula, del programa de estudios, todo el mundo te decía que el diccionario para escribir era el de María Moliner. Y esto lo decía incluso García Márquez, que dijo que el diccionario de María Moliner es el más útil, más completo y más divertido de la lengua española, dos veces más largo y dos veces mejor que el diccionario de la Real Academia.

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“¿Por qué el Diccionario de uso español no estaba en el centro de los programas de estudios siendo que todo el mundo admite por afuera que es el mejor diccionario?”, se preguntó Neuman antes de empezar la escritura en el 2017. Y eso, cuenta, lo llevó a una pregunta más incómoda, más personal: “¿Por qué yo sé tan poco sobre la autora de mi diccionario preferido? O sea, ¿por qué nunca me pregunté quién fue?”.

Después de muchos años de usar su diccionario, Neuman se dispuso a estudiar su vida. Y de pronto, el primer dato que ve lo golpea: Su padre la abandonó a los 12 años y se fue a Buenos Aires.

-Digo, ¿qué? Esto es para terapia -dice Neuman entre risas, sintetizando en ese descubrimiento el material con el cual está hecha su vida y gran parte de su obra: una vida cruzada por dos países, un cuerpo con dos nacionalidades, un pasado en movimiento presente, un presente en diálogo continuo con un pasado-. La maestra de reescribir la lengua materna tuvo un problema con el fantasma paterno que está en mi ciudad natal. Seguí investigando y resulta que fue la bibliotecaria más importante del siglo XX en España.

María Moliner fue una bibliotecaria que cumplió todos los roles posibles con respecto a los libros: fue archivera, elaboró catálogos, aprendió a ordenar la biblioteca, terminó dirigiendo la biblioteca de la Universidad de Valencia, compraba los catálogos, los diseñaba, se convirtió en una teórica del fenómeno bibliotecario.

-Los libros son amigos y los forros son como la ropa, cuídenlos, que se abriguen -dice Neuman que decía Moliner, como si las palabras fuesen suyas o hablaran de su relación con los libros-. Tenía esta cosa de encarnar el cuerpo del conocimiento.

En Hasta que empieza a brillar, Neuman cuenta que María Moliner fue represaliada por la dictadura franquista por el trabajo de difusión del libro y la lectura que hizo como bibliotecaria. El castigo no fue el exilio terrenal, pero sí el laboral. María Moliner quedó inhabilitada para ocupar los cargos públicos que había ejercido durante todos los años 30 y queda degradada, desterrada a una pequeña biblioteca de ingeniería industrial para que no molestase. Sin embargo, en ese margen, en ese aislamiento forzoso, María Moliner finge recluirse para librar la madre de todas las batallas: la de la lengua, y lo hace creando su propio diccionario.

Una vez realizada la investigación, fascinadísimo por la biografía de doña María, Neuman se puso a hacer un trabajo que creía iba a ser complementario y resultó central: leer su diccionario.

-Agarré el Moliner que había manejado durante 25, 30 años en mi vida oculta como filólogo y como lingüista -dice-, y me encuentro con que al leerlo de corrido, es un diccionario que además de revolucionar la lexicografía en castellano, la estructura de los diccionarios y hasta el orden alfabético, resulta que es un diccionario donde su vida está ahí palpitando. Entonces dije: quiero escribir una novela que cuente cómo su vida desemboca en el diccionario y cómo su diccionario nos devuelve la vida de ella que casi nadie recuerda.

Andrés Neuman y Damián Huergo durante la presentación de 'Hasta que empieza a brillar' en Buenos Aires. CEDIDA
Andrés Neuman y Damián Huergo durante la presentación de 'Hasta que empieza a brillar' en Buenos Aires. CEDIDA

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En Una vez Argentina, finalista del Premio Herralde en el 2003, Neuman cuenta la historia de una familia hecha con diversas partes del mundo. Un árbol genealógico que lo vemos crecer en Argentina pero tiene raíces en Rusia, Lituania, Francia. Y, sobre todo, como esos árboles que no se saben cuánto van a crecer, arborece hasta donde el aire y el oxígeno lo permite. Es un libro sobre la inmigración, sobre la familia, sobre un país que ya no existe o, mejor, sigue latiendo solo durante el recuerdo. Es un libro íntimo, familiar, neumaniano en el sentido de que se permite jugar con la historia familiar con la plastilina de la ficción. No es una biografía de su familia, es una novela sobre su familia.

En Una vez Argentina hay varias ideas que Neuman va a desarrollar a lo largo de su obra, que acompañan su literatura: La distancia nos acerca, la extrañeza nos permite conocernos, la lengua no tiene ninguna esencia. Ideas que aparecen en Hasta que empieza a brillar, donde también se narra una historia familiar, de muchos viajes -en esta ocasión el padre hace el camino inverso: de España a Argentina-, con palabras y literatura que ordenan y desordenan una vida.

Hasta que empieza a brillar puede ser leída como una biografía encubierta del propio Neuman, como un modo paralelo de confirmar la adopción de un lugar en el mundo, de afirmar unas raíces hechas de lengua, familia, amigos y libros. Como si Neuman hubiese escrito una autobiografía por otros medios. Por medios neumanianos: ficcionales, tergiversados, lúdicos. Un yo siendo otro. Un yo siendo, ni más ni menos, que María Moliner. Hasta que empieza a brillar es su Una vez España, su modo de encontrar y narrar sus raíces españolas.

-Vivo en España desde niño, tengo pasaporte español, voto en España, pago impuestos en España y no los evado, es decir, soy un ciudadano español aparte de una persona con origen en la raíz argentina -dice Neuman-. Entonces ¿por qué no voy a poder escribir sobre un país que es el mío también? Y sin embargo, hasta este libro, no me sentía autorizado, porque es como el complejo del extranjero.

Hasta que empieza a brillar, abarca toda la vida de María Moliner, desde 1900 hasta 1981, desde su año de nacimiento hasta su muerte. Al igual que Una vez Argentina, la novela atraviesa gran parte del siglo XX, su historia, sus conflictos, sus palabras, sus orillas. Y el puente que encuentra Neuman entre ambos lados es la lengua que comparten, se prestan, se raspan; la lengua que se revitaliza, que crece cuando se enlazan sus raíces argentinas con las españolas que Neuman va cultivando en ambas tierras y en sus libros.

Escritor. Colaborador en medios como Página/12, Gatopardo, Revista Anfibia, Iowa Literaria y El malpensante, entre otros. Autor de las novelas Un verano (2015) y La ley primera (2022) y del libro de cuentos Biografía y Ficción (2017), que fue merecedor del primer premio del Fondo Nacional de las Artes de Argentina (FNA). Su último libro, coescrito con Fernando Krapp, es la crónica ¡Viva la pepa! El psicoanálisis argentino descubre el LSD (2023), también premiado por el FNA.

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