Artes

‘Dispararon al pianista’: samba-jazz contra la barbarie

Fernando Trueba reivindica al músico brasileño Tenório Júnior, desaparecido en Argentina días antes del golpe militar. “Es bueno no olvidar el pasado”.

Fotograma de la película 'Dispararon al pianista' de Fernando Trueba y Javier Mariscal. BTEAM PICTURES

A Tenório Júnior lo mataron por presuponerle comunista. Tenía barba, el pelo largo, un carnet de músico y sólo 34 años. No se le conocía militancia política alguna. La madrugada del 18 de marzo de 1976 salió de su hotel en Buenos Aires para comprar un sándwich —otros dicen cigarrillos y medicamentos— y nadie volvió a verlo. Desapareció, se esfumó, se evaporó… a manos de la policía política, que lo llevó de cabeza a la ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada), un centro clandestino de detención, tortura y exterminio. Faltaban seis días para el golpe militar en Argentina.

Horas antes, el piano de Tenório Júnior sacudía el teatro Gran Rex, en un concierto junto a los célebres Vinicius de Moraes y Toquinho. Fue la última vez que los dedos del músico se deslizaron, brillantes, sobre las 88 teclas. Hasta ahora, cuando, 13 años después de la nominada al Oscar Chico y Rita, Fernando Trueba (Madrid, 1955) y Javier Mariscal (Valencia, 1950) resucitan en una nueva película de animación la olvidada figura del pianista. Ese que, en los años sesenta, empezó revolucionando la música brasileña en los bares del hoy desaparecido Beco das Garrafas (Callejón de las Botellas), en el barrio de Copacabana, en Río de Janeiro, donde los músicos se reunían en interminables jam sessions que darían forma a la variante brasileña del jazz: el samba-jazz, la “pata” instrumental de la bossa nova. Con Dispararon al pianista, Trueba y Mariscal presentan a Tenório Júnior al mundo, vivo y tocando, y le rinden justicia.

El oscarizado director de Belle époque, que firma el guion, se sirve de un periodista musical de Nueva York —a quien pone voz el actor estadounidense Jeff Goldblum—, un alter ego de Trueba, para contar su propia investigación (un rastreo de la figura del pianista por Brasil, Argentina, Estados Unidos o Francia y más de 150 horas de entrevistas) y construir un relato a base de testimonios de grandes figuras brasileñas del jazz y la bossa nova.

Dispararon al pianista —que llega a las salas españolas este 6 de octubre y que cuenta con novela gráfica homónima— demuestra que el olvido que rodea la historia de Tenório Júnior no ha conseguido borrarlo de la memoria de los que le conocieron. Y admiraron. Como Fernando Trueba, que habla con COOLT de este personaje y la película que le ha dedicado.

Tráiler de la película 'Dispararon al pianista', de Fernando Trueba y Javier Mariscal. YOUTUBE

- Dice Jeff Harris, el periodista protagonista: “Nadie puede hacerle justicia. Espero que este libro lo salve, al menos momentáneamente, del olvido”. ¿Es Dispararon al pianista tu manera de hacerle justicia y homenaje a Tenório Júnior?

- ¡Por supuesto! El libro es la propia metáfora de la película. Ese libro que empieza presentando el periodista y que acaba la película, como un flashback. De todas formas, para hacer justicia a alguien, existen los tribunales, existe la prensa, existen otros medios. Yo creo que, cuando haces una película, sobre todo, se trata de contar una buena historia, pero también, en la medida de lo posible, a veces las películas pueden contribuir a que ciertas cosas se conozcan, se piense sobre ellas…

- Un disco brasileño de los años sesenta en el que destaca un piano. Al mirar la carátula, un nombre desconocido: Tenório Júnior. Cuando hace casi 20 años lo descubres y comienzas una investigación, ¿ya tenías claro que derivaría en una película?

- Pensaba que iba a hacer un documental y, a veces, me preguntaba si no era mejor un libro. Yo lo descubro en 2004 y, entre 2005 y 2007, hago las entrevistas, acumulo información y memorias de unos y otros… Luego hago otra película, hago Chico y Rita, hago El baile de la victoria… Entonces decido que, probablemente, la animación sea la forma mejor de contar esta historia, pero, como tengo otras películas por el medio y esta me supone tener que volver a oír las 150 horas de entrevistas y sentarme y anotarlas y hacer un guion a partir de eso, pues se va retrasando. Por otros proyectos y también por las dificultades de hacer una película de animación, que es muy costoso.

- ¿Por qué escoges la animación y no la acción real?

- Pues porque la animación me permitía recrear a Tenório de joven, a Tenório vivo, tocando, grabando, en los bares aquellos que ya no existen donde nació toda esa música, en aquel barrio de Río, en el Beco. Todas esas cosas me permitían hacer una película donde no sólo hubiera muerte, sino también vida.

- ¿Esta película sólo era posible junto a Javier Mariscal?

- La experiencia de Chico y Rita fue muy buena, nos entendimos muy bien, nos hemos hecho amigos con los años… Bueno, desde que, en realidad, me hizo el cartel de Calle 54 en el 2000. Ahí nació la amistad que sigue a día de hoy.

'Dispararon al pianista' recurre a la animación para narrar la historia de Tenório Júnior. BTEAM PICTURES

- En este segundo ejercicio como codirector de animación, ¿qué has terminado de descubrir sobre este lenguaje?

- Pues que, para cierto tipo de cosas, la animación es el lenguaje idóneo. Es muy importante no equivocarte. No es que la animación valga para todo, para nada, pero para ciertas cosas es genial. Por ejemplo, yo me creo mucho más esta historia de animación que si fuera una historia con actores. Puedo integrar el documental con partes más de imaginación, o ponerle imágenes a los recuerdos de la gente que nos habla. Mezclar sus voces reales con los dibujos y recrear eso que te digo: una época y la vida de una persona que ya no están aquí. La animación tiene ciertas cosas que son narrativamente muy interesantes.

- Como en el caso de Chico y Rita, ¿la producción musical también corre por tu cuenta?

- En el caso de Chico y Rita, grabamos todo. Aquí se han grabado muy poquitas cosas y ha sido, más que nada, un trabajo de editar y utilizar la música de la época. Esta película requería otro enfoque musical. Aquí he recreado dos o tres cositas porque no había la calidad en las grabaciones antiguas, pero lo demás son grabaciones de la época, reales.

- ¿Qué fue lo más complicado de reunir los testimonios de todas las grandes figuras brasileñas del jazz y la bossa nova que participan en la película?

- Lo complicado era ir encontrando a la gente, localizando a unos, a otros. Pero, una vez que se les proponía, todo el mundo estaba hasta contento de que alguien hiciera ese trabajo, de que alguien se ocupara de lo que le había pasado a Tenório. Me abrían la puerta y también sus recuerdos.

El cineasta español Fernando Trueba, codirector de 'Dispararon al pianista'. LISBETH SALAS

- Imagino que todas las entrevistas que mantuviste con los familiares de Tenório, su mujer y sus hijos entre ellos, te causarían cierta impresión…

- Hubo algunas que eran muy impactantes. La gente te contaba a veces cosas muy fuertes… Había mucha emoción, mucho dolor… Es una historia que todavía está ahí, hay gente a la que esto le jodió la vida.

- Aunque te sirves de un periodista para narrar tu propia investigación, ¿la historia es toda realidad o hay alguna parte de reinterpretación o pura ficción?

- No, es toda realidad. He inventado dos personajes, que son la editora del periodista y su amigo brasileño, para darle un cierto envoltorio a la historia. Porque el periodista no se puede decir que sea inventado, es una especie de alter ego. Por lo demás, he sido muy fiel a la realidad.

- ¿Llegaste a obsesionarte con la figura de Tenório Júnior tanto como el periodista protagonista?

- Fue más obsesión para mí que para Jeff Harris, sobre todo, en la época de las entrevistas de 2005 y 2006. Llegó un momento que realmente me di cuenta de que me llenaba la cabeza, de que hablaba de eso todo el rato, de que no pensaba en otra cosa…

- No falta la belleza frente al horror…

- Lo que hacía la historia muy rica y muy interesante para contarse era toda esa mezcla de elementos. Esa manera de contar el choque frontal de trenes: el choque de la belleza, de la música, del arte con la violencia, la brutalidad y la dictadura. Esa especie de choque tremendo que se da ahí en Latinoamérica y que produce tantas muertes, tantos exilios, tanta falta de libertad…

El periodista Jeff Harris, 'alter ego' de Fernando Trueba en 'Dispararon al pianista'. BTEAM PICTURES

- Dispararon al pianista denuncia el terrorismo de Estado y los secuestros y asesinatos de gente sin actividad política en los meses previos y posteriores al golpe militar en Argentina. Pero también está presente la historia política de un continente envuelto por regímenes totalitarios. Ahora que la derecha avanza de nuevo en Latinoamérica, ¿era necesaria una película como esta para recordar los peligros?

- Siempre es bueno no olvidar el pasado, la historia, los errores que el ser humano ha cometido y las atrocidades. Es un deber de todos, de los profesores, de los políticos, de los ciudadanos… Estar siempre recordando y contando las historias para que no se repitan. Hoy en el periódico he leído que la ESMA, que sale en la película, ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Bueno, pues pues eso quiere decir que en Argentina se ha hecho ese trabajo de recuperar el pasado y la memoria. Y también de cómo se juzgó a los militares y a la Junta y a gente que había participado en esas torturas. Creo que Argentina hizo un trabajo importantísimo.

- Justo en Argentina, hace apenas un mes, ha ganado las elecciones primarias el candidato ultraderechista Javier Milei. ¿Corremos el riesgo de que la historia se repita?

- Siempre se corre el riesgo, y por eso es muy importante que todos recordemos las cosas y que cualquiera, sea de derechas, de izquierdas o de no sé qué, no tenga tentaciones de ningún tipo, ni violentas ni represivas ni de quitar libertades, o de reprimir y maltratar o eliminar a sus adversarios. Esas cosas no son admisibles. Vivimos en un mundo donde avanzamos cada día en fijar los límites de lo que la sociedad está dispuesta a permitir y a no permitir y, aun así, aunque el mundo va avanzando en esas cosas, todos los días leemos y vemos la violencia que se ejerce contra un país al que bombardean, contra mujeres a las que asesinan, contra niños, contra animales, contra el planeta. Tenemos todavía un camino que hacer para acabarnos de civilizar del todo.

- ¿Cómo fue ese primer momento de escuchar al pianista?

- Me pareció que era brillante… Era muy bonito, le veía elementos que me hicieron pensar en Bill Evans, que es mi pianista favorito; en João Donato, que era un gran pianista brasileño que ha fallecido recientemente y que yo conocía; pero, a la vez, era algo distinto. Ahí descubrí a un músico muy especial y muy particular que era Tenório.

Periodista cultural. Colaboradora de medios como Cinemanía, La Vanguardia, Viajes National Geographic y El Confidencial