Artes

Michel Franco: “Aceptamos la violencia como algo cotidiano”

El cineasta mexicano, que viaja a su querida Acapulco en ‘Sundown’, habla de su ‘bromance’ con Tim Roth, la necesidad de empatía y el crear por instinto.

Barcelona
El cineasta mexicano Michel Franco, director de la película 'Sundown', ambientada en Acapulco. E.C./FOTO: ADSO FILMS

La primera imagen que tengo de Michel Franco (Ciudad de México, 1979) es en La Croisette, el paseo marítimo de Cannes. Bajito, con unos rizos descomunales, muy pálido y enfundado en un traje negro, tenía una pinta curiosa caminando a paso ligero junto a Albert Serra y Lisandro Alonso, a los que un grupo de periodistas españoles seguíamos cuales guías espirituales para entrar en comitiva con ellos a alguna fiesta semiexclusiva. Creo que fue hace 10 años, cuando Después de Lucía (2012), su perturbadora mirada al mundo del bullying, se llevó el premio de la sección Una Cierta Mirada. Ahí empezó su bromance con Tim Roth, que presidía el jurado. Luego trabajaron juntos en Chronic (2015), donde el actor británico encarnaba a un ensimismado cuidador de enfermos terminales, y ahora nos llega, por fin, Sundown, que se estrena este viernes en los cines españoles después de un año, como es de rigor, dando tumbos por los festivales del mundo. Entre ellos, el D’A de Barcelona.

En Sundown —película que se va revelando paso a paso, por lo que tampoco cabe revelar demasiado—, Roth vuelve a encarnar a un personaje taciturno. Esta vez millonario, pero sin especial apego a nada. Le descubrimos en Acapulco, pasando las vacaciones con Charlotte Gainsbourg y un par de niños. Suena el teléfono con una de esas fatídicas llamadas que le dan una vuelta a todo, y en vez de seguir a los suyos de vuelta a Inglaterra, sin que se sepa muy bien por qué, cuáles son sus razones o si las tiene, decide quedarse bajo ese sol tremendo.

Sundown llega después de la muy polémica Nuevo orden (2020), que levantó ampollas al mostrar una violenta revolución, redundante expresión, que acaba siendo controlada por los militares para llevar a la sociedad a un régimen todavía más represivo que el actual. La clásica dicotomía en la que nos encontramos: abrazados al neoliberalismo por miedo al fascismo que vendrá si nos soltamos. No es lo más esperanzador. Las películas de Michel Franco nunca son esa necesaria inyección intravenosa de optimismo que uno necesitaría para tratar de sobrellevar este penoso mundo en el que vivimos. Pero él, curiosamente, siempre las defiende como un canto a la empatía.

Tim Roth interpreta a un turista en Acapulco en 'Sundown', la película de Michel Franco. ADSO FILMS

- Después de dos películas con Tim Roth, ¿tu relación con él se convertirá en trilogía?

- Sí, y en un decálogo. Somos buenos amigos, y creo que hay muchos aspectos de Tim que no he explorado y que me intrigan. Mientras siga descubriendo nuevos lados suyos seguiré escribiendo películas para él…

- Cuando veía Sundown, no podía parar de pensar en El extranjero de CamusEse estar fuera del mundo… Tim es un extranjero en Acapulco que se deja arrastrar por el hastío y la desidia en una deriva existencial que recuerda a la de Meursault, y el sol es igual de inclemente que en la novela.  Imagino que lo tenías en mente, ¿no?

- Claro. Es una referencia de la que no me puedo esconder. Todo vino de que se me ocurrió la idea de un tipo que decide no interrumpir sus vacaciones para ir al funeral de su madre, haciendo ver que ha perdido el pasaporte. Sabía que tenía ser en Acapulco, que es un lugar que he visitado muchas veces a lo largo de mi vida. Sólo cuando me puse a escribir me di cuenta de cuánto se parece a El extranjero, y por eso decidí no volver a leer la novela hasta que acabé de escribir el guion. Una vez acabé sí que volví a leer ese y otros libros de Camus y de Sartre. También releí Bartleby, el escribiente, que creo que tiene bastante que ver. Camus sacó mucho de ahí.

- Claro. “Preferiría no hacerlo”. En este caso, no tomar ese vuelo.

- Sí, tiene un humor que creo que mi película comparte. Cómo a partir de la pasividad, de no hacer nada, acaba ocurriendo todo…

- También conecté mucho con la película, porque una vez que me rompieron el corazón me fui solo a Cuba, en pleno Periodo Especial, para seguir la ruta Hemingway, en una deriva etílica similar a la de Tim Roth. Creo que en el origen de la película también hay una crisis existencial por tu parte, ¿es así, no?

- Sí, me acercaba a los 40 años, y empecé a hacerme todas esas preguntas que todos nos hacemos sobre el sentido de la vida y demás. No lo vi venir, y además se disparó después de un viaje a Acapulco. Y eso que te ocurrió a ti es una fantasía que a todos nos pasa por la cabeza: ¿Qué pasa si quemo las naves? Pero, como se ve en la película, es una fantasía que, cuando se intenta llevar a cabo de verdad, puede tener las peores consecuencias. Ahí es donde interviene el humor.

Tráiler de la película 'Sundown', dirigida por Michel Franco. YOUTUBE

- ¿Ese último viaje a Acapulco fue cuando tuviste el encontronazo con la policía? Ibas con una novia extranjera e intentaron pararte para extorsionarte so pretexto de que la habías secuestrado, ¿no?

- Sí, fue ese viaje. Regresé a Acapulco, después de varios años, buscando paz y placer, y tuve ese altercado con la policía militar, que sacudió un poco las cosas sin darme cuenta. Nos amenazaron con armas largas y mi chica no entendía por qué huíamos de la policía. Los mexicanos estamos acostumbrados a lidiar con las fuerzas del orden, o del desorden. Estamos familiarizados con las armas, y aceptamos la violencia como algo que se vive de manera cotidiana, y no debería ser así.

- Es lo que expresas en tus películas. Ese sentimiento de indignación ante la violencia cotidiana.

- Claro, es mi manera de decir que no debería ser normal. La única manera de cambiar es abrir los ojos, y entender dónde estamos. Ahí es donde mucha gente, al sentirse confrontada, se incomoda. A la gente le molesta que llame a las cosas por su nombre.

- Porque es una violencia hanekiana, en el sentido de que es incómoda, dura de ver, de que no está espectacularizada y banalizada como en series tipo Narcos, sin ir más lejos… ¿Qué crees que aporta tu visión cinematográfica de la violencia?

- En estas series como Narcos la violencia se disfruta, y hace mucho daño que se integre a la cultura popular como algo simple, incluso aspiracional. Es muy estúpido, y yo hago justo lo contrario. Intento enfrentarla de manera objetiva, y sacudir al público para que se cuestione en qué mundo está viviendo.

Charlotte Gainsbourg, en un fotograma de 'Sundown'. ADSO FILMS

- Aunque son películas de tamaños muy distintos Nuevo orden es grande y coral; Sundown, más minimalista, y con menos personajes, veo un paralelismo muy claro: en ambas los ricos viven protegidos en burbujas, ya sea una urbanización o un resort vacacional, y la violencia estalla cuando los ricos se mezclan con los pobres. ¿No es un poco nihilista como planteamiento? ¿Eras consciente de este paralelismo?

- Bueno, creo que es algo que está presente desde mis primeros cortos. Son constantes mías. Quiero mostrar que no estoy conforme con esa realidad, y que el mundo necesita más empatía. Necesitamos entender que el statu quo es algo insostenible, y que vivir en una burbuja o levantar muros de privilegio sólo empeora las cosas, porque vivimos todos en el mismo mundo, aunque queramos negarlo. Existen muchas realidades y cuando se cruzan todos andamos perdiendo si no hay empatía. Se me señala muchas veces como nihilista, y no creo que sea así. Mi inquietud y mi esfuerzo en plasmar lo que estamos viviendo va en dirección opuesta. Trata de plasmar en un espejo quiénes somos. Es más inconformidad que nihilismo.

- Pero tampoco sigues ninguna agenda, ¿no? Te veo más como un cineasta instintivo.

- Sí, cuando escribo una película nunca me planteo cuáles son los temas. Escribo lo que me sale por instinto. Soy muy duro y muy exigente conmigo mismo, pero no quiero matar el misterio pensando en cuál sería la agenda de esta película, o de qué quiero que hable la gente. No trabajo desde ese punto de vista, y por eso escribo y produzco mis películas: no tengo que ir a nadie a venderle la idea. Cuando estás en los famosos mercados con los pitching, ahí es donde se pierden muchas películas. Si hablas tanto antes de hacerla y te tienes que estar justificando, sopesando todas las posibilidades, yo creo que la matas en el proceso.

- Así que no has estado en Cannes, entonces, ¿no?

- No, yo sólo voy cuando tengo una película que dirigí. El año pasado estuvo La civil, que produje, y no fui.

- Como productor, ¿cómo ves el futuro del cine? Nuevo orden la vieron bastantes mexicanos.

- Sí, es la película mexicana más vista desde que empezó la pandemia. Luego la vio mucha gente en Amazon, que es la plataforma que la tiene. Fue una película muy controversial y muy popular al mismo tiempo, y las dos cosas me llenan de orgullo. Creo que el cine, en su forma tradicional, nunca va a desaparecer, y por eso vine a promover Sundown en España. Aquí también tuvo mucho éxito Nuevo orden, y por eso he vuelto. Es la mejor manera de nutrir una relación a largo plazo. Nuevo orden salió en plena pandemia, y Sundown cuando todavía colea esta crisis. Creo que no podemos quejarnos los directores si no hacemos propuestas. Y ese es mi plan.

Charlotte Gainsbourg, Tim Roth, Michel Franco y Iazua Larios, presentando 'Sundown' en el Festival de Venecia de 2021. HUBER BOESL  

- Pero proponer, siendo productor, también significa apostar mucho dinero. ¿Hay que seguir proponiendo, aunque todo esté en contra?

- Esa es la naturaleza del cine. Desde que empecé con mis cortos, hace más de 20 años, todo ha estado siempre en contra. El proceso es darwinesco, pero no queda otra que hacerlo.

- Como productor, me sorprendió verte en los créditos de On the Rocks, de Sofía Coppola, que además creo que es una película infravalorada, injustamente maltratada por la crítica. ¿Es porque hay parte del filme que transcurre en México?

- Sí, yo admiro mucho el cine de Sofía. Pero la conexión es que tenemos el mismo agente, y me hice productor de la parte mexicana. Ahora estamos hablando de otro proyecto juntos. Es algo que va a producir ella, y yo la volvería a ayudar con la parte mexicana, pero ninguno de los dos participaremos como productores.

- Y acabas de rodar una película en Nueva York, con Jessica Chastain y Peter Sarsgard. Se titula Memory, como Memoria de Apichatpong Weerasethakul. ¿No vacilaste antes de ponerle ese título?

- Acabé de rodar el sábado, y estoy cansado y contento. Escribí el guion antes de que saliera la de Apichatpong. Es un poco el colmo que yo que soy mexicano le ponga Memory, y que él, que es tailandés, le ponga Memoria. No supe qué otro título ponerle. Espero que, cuando la veas, me confirmes que no debí cambiarla.

- De momento se sabe bien poco de la película, como siempre, en tu caso. El reparto, Nueva York y que gira alrededor del concepto staycation, vacaciones en casa o cerca de casa. ¿Podrías decirme algo más?

- Yo tampoco sé de qué se trata porque todavía no la he montado. Tengo que descubrir mi propia película cuando vuelva a México…

- ¿Pero no las filmas todas en orden cronológico? Y has escrito el guion, supongo. Tendrás una idea…

- ¡Esperemos que sí! Es verdad que filmo en orden, que es mi sistema, y que a los actores les gusta mucho. Claro que sé la historia, pero el cine es mucho más que la historia. Tiene que ver con lo que te encuentras entre las imágenes, con la asociación entre unas y otras. El resultado cambia mucho combinando las imágenes y los sonidos de una manera u otra. Puede ser que, cuando la veas, se trate de otra cosa distinta a lo que estoy pensando ahora. Si ya terminada una película está abierta a muchas interpretaciones, imagínate antes de montarla.

- ¿Rodar en Nueva York era una asignatura pendiente como Acapulco?

- Sí, pero lo que más pesó es que en Nueva York y Los Ángeles viven los mejores actores, y es más fácil que se enganchen a un proyecto.

Periodista cultural especializado en cine y literatura. Fue redactor de la revista Fotogramas durante 17 años. Ahora colabora regularmente con medios como La Vanguardia, El Mundo, Cinemanía o Sofilm, entre otros. Ha comisariado la exposición Suburbia en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona.