La segunda película de David Zonana, Heroico, ha causado un descomunal revuelo en México al poner sobre la mesa la violencia interiorizada del todopoderoso Ejército del país. No se trata de la violencia de la permanente lucha contra el narco, sino de las novatadas, vejaciones y humillaciones a las que son sometidos los cadetes por los sargentos que se encargan de su formación —y de su endurecimiento—, así como los “trabajos extra” realizados por militares sin uniforme para intimidar a sus rivales. Según se cuenta en la película, son capaces de irrumpir armados en determinados hogares para intimidar, torturar y violar a sus ocupantes. Se ha roto un tabú importantísimo justo en el momento en el que el país sufre un acelerado y muy preocupante proceso de militarización.
Heroico es una producción de Teorema, el sello de Michel Franco, quien, en la última edición del Festival de San Sebastián, además de acompañar a Zonana, presentó Memory, un drama protagonizado por Jessica Chastain y Peter Sarsgaard sobre el que el director ya nos dio un vaporoso avance el año pasado. Heroico es de Teorema, decíamos, y se nota. Si Nuevo orden, de Franco, nos advirtió del proceso de militarización del país, en Heroico está la misma voluntad de mirar a la violencia a los ojos, rechazando cualquier atisbo de espectacularización y logrando que se convierta en una experiencia difícil, acaso reveladora, para el espectador mediante estrategias de puesta en escena. Hay un sector de la crítica que rechaza de plano las películas marca Teorema como si tan sólo respondieran a una estrategia de provocación, pero Heroico demuestra precisamente lo contrario, que son películas capaces de devolver al cine su función de agitador político, que se perdió en la noche de los tiempos. Una mirada crítica no puede pasar por alto el contexto de la obra a la que se enfrenta.
Otra estampa del sello Teorema es la presencia de Mónica del Carmen, el alma de la productora, que en Heroico secundó en todos los sentidos al joven protagonista, el debutante Santiago Sandoval: en la película ella le hace de madre; y en la preparación, de coach actoral. Heroico arranca con un recurso muy clásico, siguiendo los pasos del personaje principal a partir del momento de su ingreso como cadete en la academia militar que da título al film, recreada en un conjunto arquitectónico de granito brutalista realmente alucinante, como si las culturas indígenas hubiesen seguido en contacto con los extraterrestres en los años ochenta. Junto a los demás cadetes, Sandoval será sometido a salvajes novatadas, aunque su sargento —un tremendamente inquietante Fernando Cuautle, que ya participó en Nuevo orden— le cogerá cariño, un cariño que nadie quisiera para sí, y le enrolará en sus misiones extracurriculares.
Zonana (Ciudad de México, 1989) atiende a COOLT durante su paso por San Sebastián, donde su película competía en la sección Horizontes Latinos.
- ¿No es la primera vez que vienes a San Sebastián, no?
- No, ya estuve en la competencia con Mano de obra, mi primera película, en la que hablaba del mundo de los albañiles en México. También la produjo Michel Franco.
- En Heroico se nota el peso de Teorema, ¿no crees?
- Bueno, hay total libertad creativa, aunque está claro que también hay una afinidad, que es lo que ha permitido que hayamos podido colaborar tanto tiempo, porque hace ya 10 años que empecé a trabajar en Teorema. Empecé en producción a partir de Chronic. Fue más adelante cuando me puse a escribir y a dirigir.
- ¿Has hecho el servicio militar?
- No.
- Entonces, Heroico es una visión completamente desde afuera, ¿no?
- Pues no realmente, porque para la película hice mucho trabajo de investigación.
- ¿Qué te atrajo del mundo militar?
- No quise retratar tanto el mundo militar como la violencia en el país.
- Pero escogiste un marco superespecífico...
- Sí, pero al final es la problemática de la violencia en el país, pues el mundo militar tiene una injerencia importante en la violencia. Entonces, para mí, más que una película de militares, es una película sobre la normalización de la violencia en una institución que tiene una relevancia e influencia importante en la vida diaria de todos los mexicanos.
- De acuerdo, pero hay muchas películas sobre la violencia en México, Franco la ha abordado muchas veces, otros cineastas también. ¿Qué te impulsó a enmarcarla en una academia militar?
- Hay muchas películas sobre violencia, pero no sobre la normalización de la violencia en una institución que, como digo, tiene una injerencia en el cultivo de esta violencia generalizada que se vive en el país, como es las Fuerzas Armadas.
- Mónica del Carmen participó en Una película de policías, de Alonso Ruizpalacios, en la que, curiosamente, también había una escena de trampolín, como en Heroico, aunque es cierto que ahí la Policía no salía tan malparada como el Ejército en tu película.
- Sí, no me lo recuerdo bien esa escena. En este caso, el Ejército no ha colaborado con la película. No les gustó esta película, evidentemente.
- ¿Cuándo se estrena la película en México?
- Justo este fin de semana [del 23 de septiembre]. Ha habido ya mucha controversia. El primer día que se proyectó [21 de septiembre] la fueron a ver 25.000 personas, que es bastante. Ha generado una reacción muy visceral en torno a la conversación que hay sobre la relevancia de las Fuerzas Armadas y el proceso que atraviesan los cadetes que entran al colegio. Se está hablando de la película desde que se anunció que se iba a estrenar.
- En España, llamamos novatadas a esas pruebas de supuesto endurecimiento.
- Sí, sí, novatada, igual. También potrada le dicen, porque le dicen potros a los de primer año ahí en el colegio.
- ¿Crees que el Ejército mexicano es distinto al resto de los ejércitos? Porque creo, y me parece hasta curioso, que son todos un poco lo mismo. La rigidez, la disciplina, los rituales...
- Me imagino que hay una cosa común en los ejércitos, que se rigen todos por un código parecido. Pero no sé si en todos hay esta violencia, que está tan normalizada y es tan extracurricular, porque lo que se ve dentro del Ejército mexicano al final son actividades ilegales. Por supuesto que hay que forjar hombres que puedan estar listos para los retos que implica el mundo exterior, pero de eso a normalizar la tortura, la humillación y el abuso, hay mucha distancia.
- ¿Crees que el Ejército mexicano destaca por encima de los demás en ese sentido?
- Pues en Latinoamérica no creo que esté del todo claro. Lo que tiene México en particular es que el Ejército está en guerra con la sociedad civil. Es una guerra interna.
- Te refieres a los narcos.
- Sí, los narcos son civiles al final. Y la crudeza y el nivel de violencia que se vive día a día es, ahí sí, algo fuera de lo común incluso en Latinoamérica. Entonces sí creo que, en su enfrentamiento con los narcos, son más violentos… Pero la violencia también viene de haberla normalizado antes, porque estos jóvenes son capaces de desaparecer a gente, de torturar y demás. Es un proceso formativo de muchos años y, para llegar a ese punto de deshumanización, tuvieron que atravesar un proceso que normalice estas acciones. Yo no estoy totalmente informado de cómo es la formación de militares en Latinoamérica, me imagino que habrá similitudes, pero también creo que México es uno de los países donde hoy en día la institución militar tiene más relevancia y más fuerza, al menos en la actualidad, y es bueno analizar su modus operandi para buscar reformas que mejoren a la institución.
- ¿Las novatadas, o potradas, están totalmente generalizadas?
- Sí, al menos en todos los testimonios que recopilé… Entrevisté a 40 ó 50 cadetes, y todos me hablaban de esta violencia normalizada.
- ¿Sus experiencias son las que están en la película?
- Todo lo que está en la película sale de las entrevistas.
- ¿Como cuando los cogen y los tiran desnudos por el suelo enjabonado del baño como si jugaran a bolos?
- Tengo una foto justo de eso, de esa práctica.
- Ahora todo está más documentado con los móviles, ¿no?
- Sí, justo salió un reportaje muy grande en Latinus, un medio importante, en torno a la discusión que se ha hecho alrededor de la película. Sacó muchos videos y imágenes de este tipo de cuestiones.
- Los sargentos están todo el rato viendo snuff movies en el móvil. ¿Eso también es real?
- Eso también sucede. Estoy en algunos chats de grupos de militares. Me infiltro ahí nada más para ver de qué están hablando, y es lo que veo. Se los mandan entre ellos. Son videos del narco, del Estado Islámico, de cualquier cosa donde haya violencia extrema.
- ¿Qué sensaciones te produce infiltrarte en ese ambiente?
- Me gusta, me gusta… Hablan a veces de la película, en todo el mundo militar la película se discute mucho. Y, evidentemente, no están contentos con que se retraten las entrañas.
- ¿Pero reconocen que es verdad o dicen que es mentira?
- Hay una polarización. Muchos no pueden reconocerlo porque son militares en activo, pero sí hemos recibido muchos mensajes, en especial los actores de la película, que son también exmilitares. Además de odio y amenazas, también de jóvenes de la institución que les agradecen el haber puesto sobre la mesa esta temática porque antes era un tabú. Era un secreto a voces, pero en prensa no se comentaba. La película ha marcado el principio de esta discusión.
- ¿Crees que puede provocar cambios?
- Si ahorita te metes a las noticias en México, se está hablando muchísimo de todo esto. El arte y el cine tienen ese poder de generar esa discusión que puede llevar a cambios, pero no hay que olvidar que estamos hablando de la institución más hermética y menos flexible del país. Y no sé hasta dónde están abiertos a analizar si se debe cambiar. Va a depender de qué tanta presión ejerza la sociedad.
- Y la política, ¿no?
- Algunos políticos se han pronunciado, porque el Senado nos invitó a proyectarla y está teniendo repercusión política. Obviamente, sólo la han aplaudido los políticos que no tienen relación con el Ejército, que son muy pocos, porque el Ejército tiene sus garras y mucha amplitud en la política. Es la institución más poderosa del país. La que tiene más presupuesto. El mundo militar hoy está a cargo de la seguridad, la policía quedó relegada a un segundo plano. Construyeron el nuevo aeropuerto, el Tren Maya. Están a cargo de las infraestructuras, de la seguridad, y de muchísimas cuestiones que antes correspondían a civiles. Podría decir que ahora es de los países más militarizados del mundo, al menos de Latinoamérica.
- ¿Has recibido alguna amenaza?
- Sólo me llegan los mensajes de gente que conozco, pero cuando me asomo veo tantas cosas que...
- Mejor no mirar, ¿no?
- Sí, pero no tengo miedo. De lo contrario, no hubiera hecho esta película. Aparte, no creo que sean tan tontos de poner todavía más foco en la película si me pasara algo.
- Por cierto, ¿dónde se rodó? Ese conjunto de edificios es muy extraño y magnético.
- El Heroico Colegio Militar existe, y es muy similar al lugar donde filmamos, que es brutalista y muy grande. Busqué un edificio que fuese parecido al auténtico. Se llama Centro Ceremonial Otomí, porque se construyó en honor al pueblo otomí en los años del priismo, y se encuentra cerca de la ciudad de México. Está todo abandonado, y hubo que recrearlo todo.
- Recuerda un poco a El triunfo de la voluntad.
- No había pensado en esa película.
- Desfiles, en un sitio tan amplio.
- Entiendo por qué lo dices.
- ¿Hay un poco de fantasía en los desfiles, no?
- Pues intenté replicarlos, pero si ves también en YouTube videos de desfiles en el Heroico Colegio Militar, creo que son todavía más impresionantes de lo que pude recrear en la película. Hice mi mejor intento.
- Me refería al momento en el que, de repente, todos dejan caer sus porras.
- Eso es un sueño, se despierta después.
- ¿Y ahora qué? Cuando se acabe la promoción, ¿qué piensas hacer?
- Estoy escribiendo una novela. El que esté haciendo cine es más o menos circunstancial, mis inicios son en el arte y empecé a trabajar en cine, a los 22 años, porque entré en Teorema. Antes nunca pensé en hacer cine, y ahora me gusta tener la posibilidad de ser flexible en los métodos creativos. La novela va a tener también mucho que ver con temáticas de identidad mexicana. Esta vez con temas históricos relacionados con la conquista, temas sociales.
