En Argentina, el acceso a tener un aborto legal, seguro y gratuito es ley desde diciembre del 2020. La militancia feminista lo tiene claro: ese logro fue a partir de muchísima organización transversal en tanto edades, género y diversidad en calles, universidades, asambleas, sindicatos y sobre todo el enorme trabajo de la Campaña Nacional del Aborto Legal, Seguro y Gratuito, quienes durante 20 años concientizaron y fueron parte del asesoramiento de la ley actual.
Sin embargo, y según lo que reportan las compañeras de la campaña por el derecho al aborto, el discurso presidencial del conservador Javier Milei en contra al derecho al aborto caló fuerte en la sociedad y confundió a muchas personas que actualmente creen que el aborto ya no es legal. Pero además, en su primer año como presidente desfinanció todas las políticas que tuvieran que ver con el género. Hoy, según Amnistía Internacional, el Ministerio de Salud Nacional dejó de comprar misoprostol y mifepristona para distribuir en las diferentes provincias, muchas de ellas, antiderechos y con poco financiamiento para la Salud en general. Por esta razón, lo que prevalece son las redes feministas dentro y fuera de los equipos de salud, pero cómo siempre articulando para que las personas gestantes puedan lograr un aborto respetuoso. En este sentido, el trabajo que hace la agrupación Socorristas es clave para brindar información y acompañar a aquellas personas que quieren abortar.
Laura Rosso, periodista y escritora especializada en género, es la voz que se ocupa de contar y difundir la tarea del Socorrismo. Luego de publicar en Estamos para nosotras experiencias de socorrismo feminista en el siglo XXI, acaba de publicar La Decisión por editorial La hendija, un libro que cuenta experiencias sobre abortar, acompañamientos de socorristas, aperturas más allá de Argentina y entramando lazos con algunos países de América Latina y también un capítulo entero sobre niñeces y adolescencia en relación a los derechos reproductivos y experiencias.
En estas experiencias que cuenta Laura Rosso se ve el sentido de comunidad y de resistencia ante los cambios de sistema políticos impuestos por el avance de las derechas mundiales, que vuelven a tensar y quitar derechos, pero el sentido de unión, comunión y ayuda los feminismos y las diversidades, lo llevan en el cuerpo.
¿Qué es el Socorrismo y cómo fueron sus inicios en Argentina?
Socorristas en Red -feministas y transfeministas que abortamos- (SenRed) existe en Argentina desde 2012. Todo comenzó cuando en el comedor de la casa de una activista feminista, en la ciudad de Córdoba, un puñado de compañeras participaron de la primera reunión. En ese ámbito tomaron una decisión: politizar aquello que se creía íntimo y personal. De alguna manera se estaban involucrando con la cotidianeidad del aborto como algo común a tantas mujeres. Fue la colectiva feminista La Revuelta, en la Patagonia argentina, que dio origen e impulsó la Red de Socorristas a transitar el camino de acompañar la decisión de abortar. De ese impulso surge SenRed, una articulación de colectivas feministas y transfeministas que brinda información para abortar siguiendo los protocolos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y acompaña a mujeres y a otras personas gestantes que han decidido interrumpir sus embarazos. Son una red federal que continúa extendiéndose por todo el territorio argentino y que convirtieron el acompañamiento a quienes abortan en una práctica política que cambió el modo en el que los abortos son percibidos socialmente.
¿Cómo acompaña el Socorrismo?
Quien quiere abortar se comunica telefónicamente al número de la línea pública de cada ciudad o provincia de la Argentina (dependiendo de donde está la persona gestante) Ese llamado ofrece, además de una primera escucha, respuestas y contención. Se abre una posibilidad que puede significar otros destinos posibles. Se concreta un encuentro en el que se brinda información y luego, ese acompañamiento continúa telefónicamente hasta que finaliza el proceso del aborto. Todas las instancias que dan cuentan de una genealogía de luchas a partir de las cuales aparece el cuidado feminista. Con el acompañamiento de SenRed es posible abortar en casa con medicación, con una persona afectivamente cercana y acompañada por socorristas. Se conversan los métodos y los posibles síntomas. Qué va a suceder, qué voy a sentir, qué hay que hacer después. El socorrismo propicia una ética feminista que conlleva una estética militante para nuevas maneras de habitar el mundo. Un anclaje feminista que lleva consigo retazos de historias, biografías y narraciones que propagan otros relatos posibles. El socorro empieza con la atención de una línea telefónica cuyo número se difunde públicamente a través de la página web de Socorristas en Red y de las redes sociales de cada colectiva. Ese primer llamado permite el contacto con quienes quieren abortar. Un momento de compromiso emocional, con una escucha que calma ansiedades, brinda seguridad, aplaca miedos y confirma decisiones. Una primera llamada en la que también se combina un encuentro. Con esa impronta, cada acompañamiento produce transformaciones, movimientos y pasajes: personas con nombre propio que establecen vínculos con sus socorristas acompañantes. Una perspectiva de cuidado, sin las violencias tantas veces escuchadas, en la que sobreviene lo colectivo.

¿En qué situación está el derecho al aborto en Argentina a partir de que gobierna Javier Milei?
Estamos en un contexto muy complejo. Regresivo en cuanto a derechos y profundamente desigual, no solo en relación al acceso al aborto, sino con todas las políticas públicas y programas de alcance federal contra la violencia de género que eran ejecutados desde el Ministerio de Mujeres y Diversidades, eliminado por el gobierno de Javier Milei. Por lo tanto, todas estas políticas están desfinanciadas, tanto la ley 27.610 de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) aprobada el 30 de diciembre de 2020, como los programas relacionados con la salud sexual y reproductiva. La ley está siendo socavada por la falta de insumos, puntualmente misoprostol y mifepristona, el paquete regulatorio básico necesario para asegurar la disponibilidad de los mejores estándares de atención y clínicos para la atención integral de las personas con derecho a la interrupción voluntaria y legal del embarazo.
Tampoco se entregan anticonceptivos, ya que sobre el final de la gestión anterior en inicios de 2024, se distribuyeron todos los insumos de salud sexual y reproductiva existentes y no hubo más entregas. Las provincias iniciaron procesos de compra pero al no haber una estrategia planificada que contemple la necesidad de las personas y tenga como centro la equidad, la respuesta es poco eficiente.
Las políticas públicas que venían trabajando la prevención del embarazo no intencional adolescente, como el plan ENIA está totalmente desactivado. Y era una política que había logrado bajar el embarazo no intencional en las adolescencias.
Por eso, es fundamental afianzar las redes que se han construido hasta ahora. En esta coyuntura, los y las profesionales de la salud que acompañan la decisión de abortar trabajan para lograr que se garantice la práctica aun con estas dificultades son claves. Por eso, son estas redes, como Socorristas en Red, las que permiten el acceso de muchas personas a la interrupción legal del embarazo. Y lo vienen haciendo desde 2012.
El acompañamiento ¿sucede en otros países de Latinoamérica?
El libro La decisión tiene un capítulo que se llama Geografías latinoamericanas, porque en toda la región, las redes feministas son fundamentales para seguir acompañando a quienes deciden y necesitan abortar. Son estas redes las que plantean estrategias colectivas de resistencia a los gobiernos de ultraderecha, desde el vasto territorio de los cuerpos. Son las redes feministas, latinoamericanas y caribeñas de acompañamiento de abortos quienes impulsan experiencias que ponen el cuidado y la salud de las personas con posibilidad de gestar en el centro de la vida. Tanto en Ecuador como en Chile y Colombia, por ejemplo, estas redes fueron creadas pensando los cuerpos como primer territorio de lucha y autonomía. “Las Comadres”, “Con las amigas y en la casa”, “Las parceras” son tres organizaciones feministas que acompañan abortos en esos países y develan la potencia que tiene la capacidad de decidir cuando no queremos gestar. Asimismo, en el capítulo que habla sobre Estados Unidos, las investigadoras y activistas por el aborto Naomi Braine y Lucía Berro Pizzarossa analizan el escenario geopolítico del acceso a la práctica, luego de la revocación por parte de la Suprema Corte de los Estados Unidos del fallo histórico Roe vs. Wade. Los espacios feministas en estados conservadores y las redes de alerta legal con la participación de socorristas argentinas, hacen camino para seguir resistiendo el embate antiderechos.

¿Por qué elegiste el nombre "La decisión" para tu tercer libro sobre socorrismo?
Me interesa recuperar el pespunte de lo íntimo para narrar. Fundamentalmente porque creo que hay ahí un posicionamiento político que funda un sentido: hacer de lo íntimo, algo político.
La decisión. Políticas de la intimidad en la experiencia del aborto, está narrado y organizado desde la experiencia de quienes abortaron acompañadas, donde los sentidos sociales de abortar se acercan a otras posibilidades. Y habla de feminismos situados cuyas alianzas afianzan narrativas que se alejan de la experiencia del aborto como estigma, culpa, trauma y soledad, para resignificarlo y transformarlo en un acto de resistencia, amor y cuidado colectivo. Porque la decisión de abortar -para quienes necesitan interrumpir un embarazo no buscado- se convierte en algo deseado. Representa un alivio y una liberación. Se trata de una decisión ante el propio proyecto de vida. Y es la decisión del socorrismo también, que sigue su marcha para dejar de lado la soledad, para construir con otras y otres a partir de la presencia en el mundo. Porque es desde ahí, desde donde se acompaña una decisión.
¿Bajó el porcentaje de mujeres muertas por aborto clandestino en Argentina? ¿Qué dicen las estadísticas?
La ley 27.610 transformó la vida social, política y sanitaria de Argentina y de su población. Es interesante observar los datos que arroja el informe del Proyecto Mirar, que en su apartado “Es mucho más que un aborto” analiza cómo desde la sanción de la ley las internaciones por complicaciones de aborto en el subsector público pasaron de 52.817 en el año 2010 a 33.525 en 2020, lo que significa un descenso del 36% en una década. Las razones de este descenso se asocian a la mayor información sobre la posibilidad de interrumpir un embarazo de forma segura usando misoprostol, a las políticas de reducción de riesgos y daños por la implementación de las consejerías pre y post aborto, y a una política de acceso a los abortos legales.
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Laura Rosso recibió el Premio Lola Mora a la labor periodística en gráfica, 2021 y el Premio Juana Manso, mención en la categoría periodismo gráfico, en 2015. Es Licenciada en Artes Combinadas por la Universidad de Buenos Aires y tiene un posgrado en Industrias Culturales. Es periodista del suplemento feminista Las12, de Página 12, desde 2005. Escribió los libros Quilmes, La Brigada que fue Pozo, (editado por la Universidad Nacional de Quilmes), Estamos para nosotras, y Contame cosas, (editados por Chirimbote) y compiló Feminismo para jóvenas, de la misma editorial. Su último libro es La decisión. Politicas de la intimidad en la experiencia del aborto. (La Hendija Ediciones).