Jaime Abello Banfi, el custodio del legado de García Márquez

El director de la Fundación Gabo, valedor de “las historias bien contadas”, da pistas sobre el futuro del mayor festival de periodismo iberoamericano.

Jaime Abello Banfi, director de la Fundación Gabo. CORTESÍA
Jaime Abello Banfi, director de la Fundación Gabo. CORTESÍA

A Jaime Abello Banfi (Barranquilla, 1958) lo buscó Gabriel García Márquez en los años noventa para materializar su idea de promover la excelencia en el periodismo con talleres prácticos. Así nació en 1994 la FNPI - Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano, con el premio Nobel como presidente y Abello Banfi en la dirección general, que ostenta casi 30 años después.

Hoy se llama Fundación Gabo y es la nave nodriza del periodismo iberoamericano. Tiene sede en Cartagena de Indias (Colombia), pero lleva sus talleres por toda Latinoamérica y España. Este octubre, en la décima edición del Festival Gabo, reunió en Bogotá a 115 invitados de 20 países y a más de 4.000 asistentes.

Su Consejo Rector lo integran referentes del mejor periodismo de Iberoamérica como Martín Caparrós, Leila Guerriero, Carmen Aristegui, Jon Lee Anderson, Sergio Ramírez y María Jesús Espinosa de los Monteros. En su red de maestros estuvo Ryszard Kapuscinski.

- El Festival Gabo se celebraba cada año en Medellín. ¿Cómo fue esta primera edición en Bogotá?

- Fue un Festival fertilizado por la lluvia bogotana, tres días de las mayores tormentas tropicales que he visto en esa ciudad de altura, pero eso para nada le quitó ni la alegría ni la participación ni la organización. Salió muy bien, hemos quedado contentos, es una transición. Ya tenemos el compromiso de los aliados, entre ellos la Alcaldía de Bogotá, para el próximo. Pensamos que sea a mediados de julio, del 14 al 16, para contar con un clima más soleado y aprovechar al máximo las instalaciones de nuestra sede, el Gimnasio Moderno, con sus zonas verdes.

- ¿Distinta sede, mismo espíritu?

- Volvimos sobre lo fundamental del periodismo, sobre el poder de las historias bien contadas y su función de ayudar a entender la incertidumbre de esta época. Uno de los propósitos del festival es reconstruir los vínculos entre periodismo y ciudadanía, crear interés y confianza hacia el periodismo. Reconectar con el periodismo que vale la pena.

- ¿Cómo afronta el Festival realidades del periodismo contemporáneo como la precariedad, las noticias falsas, la tiranía del clickbait y que tantas personas vivan alejadas de los medios?

- El Festival asume el pluralismo de la realidad del periodismo. No queremos ser excluyentes ni despreciar prácticas periodísticas que son un poco, digamos, impuestas por las circunstancias comerciales o de competencia, o por la manera como trata de usarse la tecnología; pero definitivamente nos inclinamos por el periodismo de calidad, que es el que vale la pena. Compartimos la visión de la Unesco de que la información periodística verificada e independiente es un bien público que merece ser promovido así no sea masivo. Nosotros estamos situados en ese nicho de inspiración y tenemos una máquina de inspiración y memoria tan potente como Gabriel García Márquez.

- ¿Cómo desarrolla la Fundación, décadas después, esa idea inicial de Gabo?

- La misión original es promover un mejor periodismo, ese periodismo que le apuesta a la excelencia, a la ética, la innovación, la independencia, y la manera de hacerlo es a través de los talleres, de encuentros periodísticos, de intercambios, del Festival, del Premio Gabo, de publicaciones, de la Red Ética, donde se discuten temas relacionados con la ética periodística.

-¿Qué define al periodismo que le apuesta a la excelencia?

- Es un periodismo que busca la coherencia ética, que trata de innovar, que ejerce su independencia y que busca conectarse de manera muy fuerte con público, comunidades y audiencias. Nos importa el buen periodismo, pero eso no significa que seamos unos talibanes del buen periodismo, la Fundación es abierta. Creemos que el buen periodismo y sus ejemplos deben inspirar a todas las realidades del periodismo. Es decir, no todo el periodismo se puede hacer a veces con los recursos, el tiempo y el grado de compromiso que tantas veces son indispensables para la excelencia, pero es muy importante que la gente, independientemente de las circunstancias en las que se encuentre, se inspire, crea en los valores esenciales y trate de hacer las cosas bien.

- Este año el Premio Gabo concedió el Reconocimiento a la Excelencia al escritor y periodista mexicano Juan Villoro.

- Juan Villoro encarna mucho de lo que fue Gabo en su época, ese amor por las historias bien contadas. Es un gran periodista, un hombre íntegro, gran escritor, gran intelectual, hombre querido en su país y muy iberoamericano en su proyección. Alguien que sabe que el periodismo es un género literario y ha practicado la crónica no solo en función informativa sino literaria. Ha hecho periodismo de muchos tipos, ha tenido muchos roles. En otras ocasiones se ha premiado lo digital o los equipos, pero esta vez quisimos volver sobre esa visión fundacional de la crónica y de las historias bien contadas como algo que inspiraba mucho a nuestro fundador Gabo.

Ganadores del Premio Gabo 2022, en el Festival Gabo, en Bogotá, Colombia, el 22 de octubre de 2022. EFE/CARLOS ORTEGA
Abello Banfi, con los premiados en el último Festival Gabo, en Bogotá, el pasado 22 de octubre. EFE/CARLOS ORTEGA

- ¿Qué espíritu le ve a los nuevos periodistas que se acercan a la Fundación?

- Veo un compromiso y un entusiasmo. Hay un periodismo realmente comprometido con los valores de servicio público, eso es real y está en todos lados, y parte de nuestra función es visibilizarlo, lograr que tenga impacto, hacer que el mejor periodismo también sea interesante y leído. No me cabe duda de que hay, por supuesto, gente muy desilusionada, y eso corresponde posiblemente a los rezagos del modelo. Pero hay una nueva generación a la que ya no le tocó la burocracia fácil de los medios, sino que se la está luchando, se lo está currando, como dicen en España. Esa gente lo hace con mucha pasión y lo vemos en nuestros talleres. Tenemos la ventaja de ser una organización realmente iberoamericana y nos llegan muchas de esas personas de muchos países. Mientras haya un núcleo, aunque no sea la gran mayoría pero sí un número apreciable, que se va renovando constantemente con gran energía, tendremos esperanza en el periodismo.

- El Festival se diferencia de otros foros en que no está cerrado solo a periodistas.

- Cada vez más no se trata solo de que se encuentren los periodistas sino de que dialoguen con la gente, por eso el Festival no es ni un congreso profesional ni un simposio académico. Es un encuentro ciudadano alrededor del periodismo, en diálogo con la tecnología, la cultura y los temas acuciantes de la actualidad. Hoy en día las historias no dependen solo de quienes tradicionalmente las produjeron, los periodistas, sino que ahora cualquier persona puede investigar, contar y compartir historias. Creemos que hay que promover un uso ético, creativo y dialogante de ese poder que ahora tiene cualquier persona y que se ejerce en las redes, en las plataformas virtuales. Por eso trabajamos con niños y jóvenes y con comunicadores a través de talleres de historias y crónicas.

El periodismo ya no se practica con un solo paradigma

- El periodismo en algunos países de Latinoamérica vive un momento muy delicado en cuanto a la libertad de expresión.

- Ha habido recortes reales, este es un tema del que se habló mucho en el Festival. Vimos los autoritarismos, hay países donde hay un periodismo en el exilio. Todo eso son cosas que estuvieron sobre el tapete y que nos crean el contexto en el que tenemos que movernos y lo asumimos. No vamos a claudicar, el periodismo tiene enemigos, pero no van a ganar.

- En el Festival se pone en valor un periodismo colaborativo que rompe con la tradicional competencia feroz por la exclusiva.

- Hoy en día coexisten quienes trabajan en función de modelos más comerciales, de la competencia por la exclusiva, con el periodismo colaborativo, en el que trabajan muchos periodistas juntos para desentrañar temas grandes, redes muy complejas que tienen que ver con la corrupción, el narcotráfico, la migración, el tráfico de especies. El periodismo es plural, tenemos colaborativo e individual, de autor y de equipos, tradicional y de iniciativas emergentes, comercial y financiado con ONG y donaciones. El periodismo ya no se practica con un solo paradigma. Lo que cuenta es que toda esa diversidad siga cumpliendo la función clave que es ayudar a entender la realidad investigándola, explicándola, con un criterio de servicio al ciudadano y no de promover intereses de manera sesgada.

- Está en auge también el periodismo centrado en algunas causas.

- Estamos viendo que hay un periodismo comprometido con causas temáticamente, un periodismo que trabaja por los temas ambientales o de género o étnicos o anticorrupción. Son medios más de nicho o de causas desde el punto de vista temático, no de que se vuelvan activistas, porque una cosa es el activismo profesional y otra el periodismo. A los grandes medios la gente les reclama imparcialidad, pero a estos medios se les exige un compromiso. Como decíamos, el periodismo hoy en día es plural y dentro de ese pluralismo hay que buscar cuál es el mínimo común denominador. Hay un punto donde deberíamos encontrarnos: los hechos verificados.

- Uno de los debates actuales es el uso del lenguaje inclusivo en el periodismo.

- Yo creo que hay que tener mentalidad inclusiva. Admito que el uso instale modalidades del lenguaje inclusivo, me parece bien, pero no creo que eso haya que hacerlo con pistola, hay que dejar que se vaya produciendo poco a poco, no se puede reclamar a la gente como un chantaje. Nombrar es muy importante, en ese sentido el lenguaje es clave. Yo entiendo el reclamo, pero al mismo tiempo hay una manera de hablar que viene del alma del pueblo, y hay que dejar que esos cambios se produzcan de manera orgánica y no imponerlos con ortodoxias. Me parece bien pedirlo, proponerlo, pero castigar por que no se use es absurdo.

Aspiramos a llevar el Festival Gabo a España, a Barcelona

- La Fundación promueve la diversidad geográfica del periodismo. Martín Caparrós dice que para él fue clave a la hora de entender la existencia de Ñamérica.

- En el Festival tuvimos personas de 20 nacionalidades, unidas por las dos lenguas. No solo el español, también el portugués. Cuando un premiado sube al estrado puede que hable en portuñol, pero si quiere hablar en portugués tratamos de entenderlo, así como ellos nos entienden a nosotros.

- ¿Cómo ve el vínculo que genera la Fundación entre Latinoamérica y España?

- Fuerte, y debe crecer. Nosotros aspiramos a llevar el Festival Gabo a España, a Barcelona. Es un proyecto que teníamos de antes de pandemia y se vio suspendido, pero no lo hemos abandonado. La idea sería hacer o una versión o una parte del festival en Barcelona. Ese proyecto lo mantenemos, pero estamos todavía asentando el nuevo Festival Gabo en Bogotá y eso nos ha hecho modificar los plazos que preveíamos. Definitivamente, la Fundación está súper comprometida con el intercambio profesional entre España y América Latina. En el Festival había bastante presencia española, hubo aportes muy buenos de periodistas españoles, y también queremos que los jóvenes españoles aprovechen la oferta de talleres y vengan al Festival, eso lo iremos consolidando poco a poco.

- Precisamente Barcelona inauguró este año la biblioteca municipal Gabriel García Márquez.

- Ya la visitamos. Gabo es muy inspirador y espero en algún momento que colaboremos con ellos, eso hemos hablado.

- Usted trabajó con él, ¿cómo analiza que siga siendo un referente indiscutible, vigente y universal?

- Eso nos enorgullece y le garantizo que se va a mantener mucho tiempo así, por una razón: porque hay mucho que rescatar de él. La Fundación tiene el Centro Gabo, que es un proyecto de investigación, generación de contenidos y narrativas a partir de la voz del propio García Márquez, de sus ideas. Sus ideas son de una frescura, de una clarividencia, de una anticipación que va a hacer que siempre haya cosas nuevas con él. Por eso es como si no se hubiera ido, como si siguiera vivo.

Periodista independiente. Entre tres mundos: Estados Unidos, Latinoamérica y la España despoblada. Fue corresponsal de la Agencia EFE en Washington, reportera para El Mundo en Argentina, freelance en Guatemala, oficial de prensa en la Organización de los Estados Americanos y periodista digital en Univision Noticias. Colabora en medios como Infolibre, Revista 5wLa Marea, La Opinión de Zamora y Tinta Libre y en el programa Club de Prensa de NTN24.

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