Barcelona lleva tiempo demostrando que la alta gastronomía no vive solo en restaurantes de culto. Los hoteles de la capital catalana se han convertido hoy en grandes escenarios de cocina y talento. Esta Navidad, el Gremi d’Hotels de Barcelona invita a redescubrir esa escena desde el plato: menús festivos pensados para locales y visitantes, donde la tradición catalana convive con la creatividad, el producto de temporada y una apuesta clara por la sostenibilidad. Son propuestas que entienden la cocina como parte del ADN del hotel y convierten una comida de celebración en un plan de ciudad.
En esta ruta navideña, la etiqueta de “Hotel Gastronòmic” funciona como brújula: distingue a los establecimientos donde la restauración no es un servicio accesorio, sino un motivo para cruzar la puerta. Y estas fiestas se nota: hay menús corporativos que buscan sorprender, comidas familiares con copa de cava de bienvenida, clásicos como la escudella o la sopa de galets en clave contemporánea, y finales dulces con mini pastelería y turrones artesanos.
Diez hoteles, diez formas de celebrar
Alexandra Barcelona Hotel, Curio Collection by Hilton propone una Navidad que equilibra sofisticación y confort. En el Restaurant Solomillo, la oferta para empresas despliega estaciones gourmet (embutidos artesanos, quesos afinados, panes de masa madre) y aperitivos creativos como lollipops de foie con higos o brochetas de langostino en panko. Para los días 24, 25 y 26 de diciembre, el menú familiar arranca con cava y caldo con pilota, suma entrantes para compartir (foie micuit, cecina, croquetas de Joselito, burrata con tomate, tartar de salmón) y remata con solomillo Frisian, guarniciones de temporada, salsas como Café de París y turrones Vicens.
Almanac Barcelona celebra las fiestas desde la filosofía plant-forward de Virens. La promesa es un “Nadal tradicional reinterpretado” con producto ecológico y de proximidad, combinando la cocina festiva con la mirada verde del proyecto liderado por Rodrigo de la Calle. Hay propuestas para grupos y particulares en fechas clave (24, 25, 26 y 31 de diciembre), en un ambiente pensado para despedir el año con un menú que mezcla tradición y alta cocina vegetal.
Claris Hotel & Spa GL plantea las fiestas como una experiencia cuidada al detalle, con opciones tanto para adultos como para los más pequeños. Su identidad gastronómica se apoya en dos escenarios: La Terraza del Claris, con vistas y cocina mediterránea de autor, y Os-Kuro, su apuesta japonesa, donde la tradición nipona se trabaja con producto de alta calidad. El enfoque navideño se resume en una idea: convertir cada comida en un recuerdo.
Hilton Diagonal Mar Barcelona pone el acento en el relato familiar y en el “Nadal més mediterrani”. Para los días 24 y 25 de diciembre, propone un menú que recupera platos emblemáticos del recetario catalán, con un giro adicional: unir tradiciones de Catalunya e Italia en una propuesta de cinco platos especiales, pensada para celebrar con calidez, producto y espíritu festivo cerca del mar.
Hotel El Palace Barcelona juega la carta del clasicismo elegante: menús festivos en salones, en el Rooftop Garden y en Amar Barcelona para Nochebuena, Navidad, Sant Esteve y Fin de Año. La lista de platos suena a celebración grande: solomillo Wellington, rodaballo asado con crema de almejas, canelón de pato con vi ranci y foie, o cordero glaseado con setas de temporada. Todo acompañado por una selección cuidada de vinos y cavas, con el hotel como escenario de historia y sofisticación.
Kimpton Vividora Hotel propone Navidad con aire de casa: en Fauna, el chef Jordi Delfa reinterpreta sabores clásicos con producto de proximidad y un punto creativo. El menú navideño deja titulares por sí solo: galets rellenos de carn d’olla con escudella y trufa negra de invierno, vieira con crema de puerros braseados y chocolate blanco, o cochinillo ibérico lechal con boniato y cebolletas glaseadas. Además, ofrece menú específico de Cap d’Any.
Monument Hotel convierte las fiestas en un despliegue de tradición y creatividad bajo la dirección gastronómica de Martín Berasategui. La propuesta navideña habla de temporada, excelencia y un ambiente cálido pensado para compartir con familia y amigos, con menús especiales que buscan que cada plato sea “una celebración del buen gusto”.
Ohla Barcelona suma a la celebración un escenario icónico: su fachada de los mil ojos. En Caelis (una estrella Michelin), Romain Fornell firma una Navidad basada en producto e innovación equilibrada. Y para Fin de Año, La Plassohla toma el relevo con un menú festivo pensado para brindar y dar la bienvenida al nuevo año con creatividad, tradición y esencia mediterránea.
Ohla Eixample mira al Delta de l’Ebre: en Xerta Restaurant, los menús de Navidad, Sant Esteve y Cap d’Any rinden homenaje al territorio y a los productos de temporada. La propuesta recupera clásicos —sopa de galets, canelón de pato, pularda rellena, cochinillo— con técnica y una lectura contemporánea, en una experiencia pensada para celebrar sin renunciar a la raíz.
The One Barcelona ofrece una Navidad de lujo “accesible”, con ambiente elegante y acogedor. En SOMNI, el chef Miguel Muñoz propone una cocina mediterránea y contemporánea, fiel a las tradiciones catalanas y trabajada con producto de temporada y proximidad. La idea es clara: convertir cada comida festiva en un momento especial, con creatividad y respeto por el producto como hilo conductor.
Si algo une a estos menús es una convicción: que celebrar la Navidad en un hotel ya no es “cosa de turistas”, sino una forma distinta —y muy barcelonesa— de sentarse a la mesa. En fechas donde la ciudad se llena de rituales, estos diez hoteles proponen el suyo: comer bien, brindar mejor y salir con la sensación de haber descubierto un rincón nuevo en la propia Barcelona.