Artes

Cádiz toma la palabra en plena efervescencia cultural

Históricamente vinculada a Latinoamérica, la sede del IX Congreso Internacional de la Lengua Española vibra con la literatura, la música y el cine.

Jerez de la Frontera
Vista de la ciudad andaluza de Cádiz, sede del IX Congreso Internacional de la Lengua Española. UNSPLASH/JORDI VICH NAVARRO

“La Habana es Cádiz con más negritos; Cádiz, La Habana con más salero”. La frase mítica de la habanera del cantante Carlos Cano sobre la relación de la ciudad andaluza con la capital cubana es el ejemplo perfecto de la íntima relación de la conocida como Tacita de Plata con Latinoamérica. Una conexión que viene de muy lejos y que va más allá de lo sociopolítico. Se trata de un idilio que trasciende hasta llegar al carácter, a las propias esencias de una tierra privilegiada en su enclave, a caballo entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo. Siempre se ha comentado que Cádiz, por su color, personalidad e idiosincrasia, era y es una de las ciudades más latinoamericanas de toda España.

Dicha conexión, cimentada durante siglos, está evidentemente relacionada con la posición geoestratégica de Cádiz. Fundada en la Antigüedad por navegantes fenicios, que la convirtieron en su principal base comercial, la ciudad desempeñó el rol histórico de puerto de entrada y salida de los barcos europeos hacia América durante la época colonial. Como los marineros y sus mercancías, las palabras viajaron en las embarcaciones de costa a costa, produciéndose un curioso y genial trasvase de vocablos entre los pueblos. Muchas palabras se quedaron para siempre aquí.

Con el referente histórico de la Constitución española de 1812, “La Pepa”, Cádiz abrió entonces la puerta de la vanguardia política y cultural mucho más allá de la península, siendo un modelo a seguir por aquellos países latinos que anhelaban autonomía e independencia. El mestizaje ha sido piedra angular en los últimos siglos de historia de la ciudad, y se ha manifestado en ámbitos como la literatura, la música o la gastronomía. Ocurre también que, actualmente, Cádiz es una ciudad acogedora como pocas, sensible con la comunidad LGTB, con los inmigrantes, con los turistas, etc.

No es de extrañar por tanto que Cádiz fuera elegida para albergar, con carácter urgente, el IX Congreso Internacional de la Lengua Española tras la decisión de la Asociación de Academias de la Lengua Española a finales de 2022 de cancelar el evento en Arequipa, Perú, debido a la crisis sociopolítica en la que está inmerso el país andino. “Lamentablemente, las circunstancias han sido adversas”, argumentaron desde la organización tras el traslado de sede, oficializado el pasado 20 de enero.

Cádiz —que, de hecho, aspiraba a ser sede del Congreso de la Lengua en 2025— asumió entonces su inesperado rol con gratitud y entusiasmo. “Hemos intentado respetar la programación que estaba prevista en Arequipa, conservar los debates que se iban a ofrecer e incluso mantener su identidad; porque al final estamos hablando de una tierra hermana y le debemos un respeto. Pero, ojo, también hemos querido dejar nuestra impronta, esa forma de hablar, esa lengua propia, andaluza, que tanta conexión tiene con Latinoamérica”, explica David de la Cruz, integrante del Gobierno municipal de Cádiz y miembro del equipo organizativo. “Es muy bonito que Cádiz sea el epicentro del idioma y que acudan académicos de todas partes de Latinoamérica. Ese mestizaje de la palabra, esas idas y venidas que crean un lenguaje propio y nos hablan de nuestra historia. Las palabras son raíces que hablan de la historia de los pueblos, y muchas veces esto ha sido considerado como un estigma. Expresiones gaditanas como bastinaso o noniná estuvieron mal vistas, y en realidad son el fruto de un yacimiento cultural enorme. Eso es lo que queremos rescatar y el sentido en el que pretendemos concienciar. Y creemos que ya lo hemos conseguido, la gente de Cádiz está muy orgullosa de su lengua, su habla y su forma de hablar”, agrega De la Cruz.

Y es cierto, Cádiz es una ciudad con un vocabulario y una jerga propia, muy particular en la región (“estoy eslomao”, “qué jartible”, “te quiere i ya”), orientada al mar, de clara influencia pesquera. Mientras el resto de la provincia miraba culturalmente a los viñedos y al interior para sobrevivir, Cádiz miraba al comercio exterior y las Américas.

Y en cierto modo lo sigue haciendo. El programa cultural del Congreso de la Lengua es tan diverso como abrumador: exposiciones, conciertos, debates, recitales poéticos o presentaciones de libros se sucederán uno tras otro y día tras día en diferentes ubicaciones de la capital gaditana. Hablamos de artistas, escritoras y escritores de primer nivel que aportan solidez y atractivo al congreso. Quien anhele una cultura íntimamente relacionada con nuestra lengua tiene un marzo frenético en la Tacita de Plata.

Intención de apertura y diversidad

Que Cádiz se haya convertido en un referente cultural en Andalucía no ha sido flor de un día o de la alineación de los astros, es producto de un trabajo constante, de hormiga. La ciudad lleva años practicando una política de apertura que potencie la esfera cultural más allá del sempiterno Carnaval, considerado como la gran industria local y que muchas veces eclipsa todo lo demás. 

La última edición de la Feria del Libro de Cádiz, que recibió una mayor dotación presupuestaria y consiguió duplicar sus visitantes, es buen ejemplo de este aperturismo. Más de 17.000 personas participaron en la misma. El evento, además de incluir la presencia de autores locales, contó con la participación de firmas de renombre de la talla de Manuel Vilas, Rosa Montero o Brenda Navarro, y abarcó actividades paralelas como conciertos o rutas turísticas. Pero más allá de las firmas o del programa en cuestión, se percibió una feria sólida, de gran nivel, probablemente la más completa de todas cuantas existen hoy en Andalucía.

Los escritores Jesús Carrasco, Sara Mesa e Isaac Rosa, en última edición de la Feria del Libro de Cádiz. FLC

Benito Olmo, escritor gaditano de género negro, secunda esta tesis: “La Feria del Libro de Cádiz ha dado un gran salto de calidad con Alejandro Luque al frente. Pienso que necesitaba un cambio, alguien implicado y con ganas de hacer cosas interesantes”. Eso sí, todavía quedan aspectos por mejorar: “En la pasada edición no participaron algunas importantes librerías, que son las que deberían hacer suya la fiesta de los libros. Yo pediría al Ayuntamiento que tomase todas las medidas oportunas para facilitar e incentivar la participación de nuestras librerías en la Feria. E iría un paso más allá y haría un esfuerzo por atraer a otras librerías de la provincia; que la Feria del libro de Cádiz brille como debió hacerlo siempre”.

El cine y la música se suben al carro

Coincide el despunte literario con el crecimiento cinematográfico en la provincia. Cádiz, Jerez o Zahara de la Sierra, entre otras localidades, han hecho una fuerte apuesta por atraer producciones audiovisuales hacia estas latitudes. Las series Top Boy, La templanza, The Crown, Killing Eve o Kaos y las películas La maniobra de la tortuga, Lobo feroz, El universo de Óliver o Antes de la quema son algunas de las producciones recientes que han universalizado el litoral gaditano al ritmo que las plataformas de streaming han ocupado la nueva realidad cinéfila.

De esta unión salen todos los agentes satisfechos: las productoras disponen de un enclave único con rincones preciosos y diversos a un precio asequible, los creadores pueden rodar en lugares originales con una población, la sureña, diferente a la del canon establecido; y las administraciones públicas (llámese Ayuntamiento o Junta de Andalucía) quedan encantadas vendiendo turismo, retorno económico y prosperidad. En la línea de las virtudes de la provincia hablaba el director jerezano Juan Miguel del Castillo en entrevista a COOLT: “Es una ciudad muy cinematográfica. Cádiz es luz y sombra, un contraste de luminosidad y color. Su luz es espectacular. El cielo, el mar, el color, el brillo, lo tiene todo”.

Rafa Caballero, jefe de producción y localizador en diferentes rodajes de series y películas, apunta en una dirección similar: “La provincia es un plató, te da una luz única. Tiene playa y sierra. Además está cada vez mejor comunicada. En tren son tres horas y media o cuatro hasta Madrid, tenemos a mano el aeropuerto de Jerez y, por si fuera poco, está bien comunicada con Málaga y Sevilla, donde están las principales productoras andaluzas. Falta, no obstante, consolidar la industria. Aunque el retorno económico es evidente en hoteles, alojamientos, etc, la mayoría de profesionales se sigue trayendo de fuera”.

El actor Rubén Ochandiano, en Cádiz, durante el rodaje de la película 'Lobo feroz'. DANI MEDINA

Y si de música hablamos, el sonido clásico que acompaña a Cádiz son sus coplillas de Carnaval. Muchos dicen, exagerando (algo tan típico en Andalucía), que en Cádiz no hay quien cante mal, pues desde bien pequeños sus gentes afinan el oído al ritmo del compás carnavalero. Pero pese a la ya mencionada omnipresencia de la fiesta de los disfraces —hay espectáculos hasta en verano— , Cádiz es mucho más: son sus tabernas flamencas, el maravilloso Teatro Falla, sus pubs musicales (el Pai Pai, el Pelícano o el Buccan, por citar algunos) o los festivales de música que han dado brío melódico a la ciudad durante años. El Festival de Jazz o el No Sin Música, dedicado al rock alternativo, son ya auténticas referencias en la región, al igual que el Festival Iberoamericano de Teatro.

Cádiz ha entendido la importancia de mostrarse como una ciudad interesante y culturalmente dinamizada; en un contexto complicado como en el que viven los pueblos del sur —histórica y estructuralmente ligados a los mayores índices de pobreza de Europa— parece vital que la cultura asuma y potencie un efecto de atracción para el gran público. Las administraciones gaditanas están promoviendo proyectos que reviertan en la economía del sur y cubran, con garantías, los anhelos culturales de sus gentes. El Congreso Internacional de la Lengua Española es un aliciente más en una vorágine de excitación cultural propia de la época postpandémica, una tendencia al alza que necesita consolidarse en el tiempo.

Periodista. Especializado en cine, ha colaborado en medios como La Voz Del Sur, Diario de Cádiz o El Salto. Es autor del libro 101 películas españolas para entender nuestro presente (2020).