Una colección de ocho cavas bautizada con el nombre de Codorníu Ars Collecta y elaborada en una microbodega de Codorníu en Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona, España) está cambiando por completo la fisonomía de este popular vino espumoso catalán.
La bodega donde nacieron estos cavas se denomina Celler Jaume y, a juzgar por su éxito, está llamada a ocupar un lugar de referencia, de culto, en el mundo vinícola.
Codorníu Ars Collecta se lanzó en 2016 y se compone del emblemático cava Jaume Codorníu, tres cavas Reserva (Blanc de Blancs, Blanc de Noirs y Grand Rosé), otros tres cavas de Finca (La Fideuera, El Tros Nou y La Pleta) y el 456, el coupage más selecto de los tres parajes calificados, el cual toma el nombre del número de vendimias de la casa Codorníu.
Esta colección se suma a las variedades más conocidas de la popular bodega española, los cavas Codorníu y los productos de la marca icónica Anna de Codorníu.
Tras casi cinco siglos de maestría enológica, los bodegueros de Codorníu, conducidos por el premiado enólogo Bruno Colomer —considerado en 2021 como el mejor especialista de vinos espumosos del mundo—, han conseguido elevar el nivel de este vino espumoso que se codea con el champán en las mesas de todo el mundo.
Un cava “fresco, vivo y estimulante”
Los cavas de la colección Codorníu Ars Collecta se elaboran con diferentes variedades —chardonnay, pinot noir, macabeo y xarel·lo parellada— procedentes de parcelas y crianzas del Penedès, donde estas uvas alcanzan su máxima expresión gracias al clima mediterráneo.
Bruno Colomer destaca que el cava es “un vino fresco, vivo y estimulante” y que está nueva colección “brilla con un vigor especialmente juvenil”.
El enólogo ha elegido el Celler Jaume como el epicentro del futuro de la bodega Codorníu, homenajeando los orígenes de la casa. Su filosofía es crear una diversidad de cavas, tanto jóvenes como de crianza prolongada, con el denominador común de una máxima calidad, con un estilo moderno y manteniendo las características principales de cada variedad de uva. Esto se puede conseguir gracias a sus orígenes: finca y viñedos certificados de tres terroirs diferentes, tres zonas dentro de la Denominación de Origen Cava y distintas variedades de uva.
Colomer asegura que “hablar de Codorníu es hablar de cava e innovación. Codorníu fue la pionera e la introducción tradicional en España y el resultado fue el cava”. Codorníu, apunta el enólogo “sigue impresionando al mundo con sus mejores espumosos y sus constantes innovaciones”.
El grupo Raventós Codorníu ha lanzado Codorníu Ars Collecta como punta de lanza de un proyecto muy ambicioso, que es el de conseguir que en 2024 todos sus cavas sean ecológicos, siempre con la base de la dulzura y el aroma de la uva macabeo, el equilibrio sedoso del xarel·lo, los aromas florales de la parellada, el cuerpo y la densidad del chardonnay y con las notas de frutos rojos y buena acidez del pinot noir, una de las uvas más apreciadas a nivel mundial.
Un cava con historia
Codorníu es la casa del cava por excelencia: en 1872 elaboró la primera botella del popular vino espumoso. El artífice de esta innovación fue Josep Raventós i Fatjó, quien, motivado por su pasión por la tierra y sus frutos, enfocó toda la producción vinícola de la bodega familiar a la elaboración del cava. Fue él el pionero que aplicó el método tradicional a un maridaje de las tres variedades del Penedés (xarel·lo, macabeo y parellada), y su visión permitió el comienzo de una historia que se prolonga hasta nuestros días.
Y esta historia única tiene como escenario las bodegas de Codorníu en Sant Sadurní d'Anoia, declaradas monumento Histórico Artístico Nacional en 1976, ya que ocupan una de las piezas claves del modernismo catalán, obra del arquitecto Josep Puig i Cadafalch.
Fundada en 1551, Codorníu es la bodega más antigua de España. Tene presencia en 50 países y es la marca más vendida en su país. En los últimos dos años, ha ganado más de 50 medallas de oro y sus productos están presentes en una cincuentena de restaurantes con estrella Michelin.
