Artes

Muerte de un periodista: el asesinato de Manuel Buendía

Manuel Alcalá habla de ‘Red Privada’, el filme de Netflix que investiga el crimen del columnista mexicano más influyente de su época.

Barcelona
El periodista mexicano Manuel Buendía, en un fotograma de 'Red Privada', el documental de Manuel Alcalá. NETFLIX

El 30 de mayo de 1984, alrededor de las seis de la tarde, y en plena avenida de los Insurgentes Sur, a la altura del nº 58, en el corazón de Ciudad de México, a Manuel Buendía le descerrajaron cinco tiros por la espalda, sin que obviamente le diera tiempo a desenfundar el arma que siempre llevaba consigo para protegerse. Si el nombre de Manuel Buendía no les dice nada es porque no están familiarizados con la historia del periodismo mexicano, ya que fue el columnista más influyente de su tiempo. Su columna Red Privada, desde la que denunciaba, con pelos y señales, todas las grietas del sistema, era publicada por el diario Excélsior desde 1978, y reproducida en otros 60 rotativos por todo el país.

Para el cineasta mexicano Manuel Alcalá, realizador de Red Privada: ¿Quién mató a Manuel Buendía?, documental disponible en Netflix narrado por Daniel Giménez Cacho y producido por Inna Payán (Los Lobos, La jaula de oro) y Gerardo Gatica (Ya no estoy aquí, Selva trágica), Buendía era “como el James Joyce del periodismo”. Un periodista al pie del cañón, que nunca se repetía, y que siempre era lo más preciso posible en sus denuncias, poniendo nombres y apellidos, a veces incluso teléfono y dirección, cuando se trataba por ejemplo de denunciar las actividades de algún agente de la CIA encubierto que actuaba en México. Tanto es así que, a partir del estudio de los expedientes que se acumulaban en su despacho, la policía barajó hasta casi 300 hipótesis en la resolución del crimen. Según Alcalá, la lista de posibles culpables tenía más de 900 nombres, “incluidos los de Ronald Reagan y el cantante Juan Gabriel”.

El periodista mexicano Manuel Buendía, en el documental 'Red Privada'. NETFLIX

Sin embargo, al cabo de cinco años de controvertidas investigaciones, la policía acabó arrestando a diversas personalidades de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), encabezadas por José Antonio Zorrilla Pérez, director de dicha policía del régimen, acusado de autor intelectual del crimen, y Juan Rafael Moro Ávila, como coautor material, que habría acompañado al asesino —José Luis Ochoa Alonso, El Chocorrol, a su vez asesinado pocos días después— en moto hasta el lugar de los hechos. Alcalá, que ha dedicado 15 años a la investigación del caso, fue a a ver a Zorrilla a la cárcel, pero este no quiso aparecer ante las cámaras. Moro Ávila, que salió de prisión en 2009, tiene alma de robaescenas y se muestra en cambio extremadamente locuaz.

El “Serpico” mexicano vuelve al cine

Merece la pena detenerse en el personaje de Moro Ávila, que siempre ha clamado por su inocencia. Podría haber salido en alguna película de Robert Rodriguez o Quentin Tarantino. De hecho, hizo carrera como especialista y actor (siempre hacía de villano o de policía), antes de acceder a la DFS como motorista, para dirigir una brigada especial motorizada a la que se conocía como Los Avispas. En el Reclusorio Norte, formó parte del grupo musical Asociación Delictuosa, cuyos vídeos Alcalá descubrió en YouTube, y hasta se le puede encontrar en Linkedin, donde se presenta como “profesional de música”, con formación de aviador.

Alcalá es hijo y nieto de periodistas, pero llegó al caso por pura casualidad, cuando investigaba sobre otro episodio célebre de la tupida historia criminal mexicana —el robo de 140 piezas del Museo de Antropología de México, en 1984—, para la película de Alonso Ruizpalacios, Museo (2018), cuyo guion coescribió: “en la portada del diario estaba la noticia de las piezas devueltas al museo, y en la contraportada la de Zorrilla culpable”. Así que primero me encontré con la versión oficial, pero no tardé en darme cuenta de que escondía algo mucho más grande”.

Tráiler de Netflix del documental 'Red Privada: ¿Quién mató a Manuel Buendía?', de Manuel Alcalá. YOUTUBE

En el documental, entre las entrevistas a numerosos periodistas, llama la atención otro personaje, que sólo aparece citado, porque falleció en 1993: el nazi Gerhard Georg Mertins, que se dedicaba presuntamente al tráfico de armas en México, equipando a movimientos contrarrevolucionarios como la Contra nicaragüense. Buendía denunció en 1983 que, a través de las empresas de Mertins y su socio, el no menos nazi Reinhard Gehlen, podía conseguirse de todo, desde Napalm con olor a victoria a granadas, pasando por armas automáticas, y lo que fuera.

Deconstruyendo la versión oficial

Alcalá apunta que Mertins podría ser una pieza más de la vasta conspiración de la que Buendía fue víctima. El columnista también se había hecho eco de las crecientes actividades del Cartel de Guadalajara, y lo que acaba dibujando el documental es una alianza entre la CIA, dicho Cartel y diversos superiores de Zorrilla, en la cúpula mexicana, con Mertins de por medio. La CIA de Reagan habría financiado con cocaína el armamento destinado a la Contra nicaragüense, y Zorrilla y Moro Ávila no habría sido más que cabezas de turco para tapar el asunto.

La mayor fuente de información para Alcalá ha sido el historiador estadounidense Russell H. Bartley, coautor junto con Sylvia Erickson Bartley de Eclipse of the Assassins. The CIA, imperial politics and the Slaying of Mexican Journalist Manuel Buendía (publicado en 2015, inédito en castellano): “Él fue el que me dio las cintas que grabó con el agente de la CIA Lawrence Harrison, que estuvo metido ahí desde los años setenta”. Presuntamente, Harrison, agente de la CIA, operaba en Mexico como nexo entre la DFS, el Cartel de Guadalajara, y su propia agencia. Se dice en el documental: “Los comandantes de la DFS fueron los primeros capos del narcotráfico en este país”.

Fotograma del documental 'Red Privada: ¿Quién mató a Manuel Buendía?', de Manuel Alcalá. NETFLIX

El documental subraya la rivalidad entre la CIA y la DEA, dos siglas con objetivos contrapuestos, pero Alcalá opina que esa alianza entre los carteles y la CIA fue “una alianza puntual. Unos cuantos personajes, como Oliver North [asesor de Reagan, y actual presidente de la Asociación Nacional del Rifle, que en 1987 encontró otro medio de financiar la Contra: vender armas a Irán] se acabaron juntando en el contexto de una lucha ciega contra el comunismo encabezada por Ronald Reagan”.

Monumento a los periodistas caídos

La semana pasada fue tiroteado en Amsterdam el periodista holandés Peter de Vries, que estaba en la lista de Ridouan Taghi, quien es considerado como el mayor criminal de Países Bajos. Pero en México, según Alcalá, “esa misma semana fueron asesinados tres periodistas. Y, desde entonces, han habido entre 300 o 400 periodistas asesinados o desaparecidos de los que no sabemos absolutamente nada, salvo algunas excepciones, como el caso de Héctor Félix Miranda, el Gato Félix de Tijuana, que ahí sí hay un documental. El 99% de esos casos sigue sin resolverse, y creo que nunca van a ser resueltos, y por ellos, en parte he hecho esta película”.

El funeral de Manuel Buendía, en el documental 'Red Privada'. NETFLIX

Cuando cayó Buendía, “nunca antes los narcos habían matado a una figura tan importante y de aquella manera, a plena luz del día. En su día causó un gran escándalo, y se creó un movimiento de periodistas que no dejaban que muriera el caso”. Pero ahora, por lo contrario, la muerte violenta  se ha “normalizado. Hasta el punto de que, si alguien es asesinado, y en algún momento estuvo ligado a alguna actividad criminal, enseguida decimos que se lo merecía. El otro día murieron los tres periodistas, y enseguida ya estamos a otra cosa. Ya no digo sólo de los periodistas, pero la violencia se ha normalizado tanto que no hace tanto alcanzamos el día de mayor violencia en la historia del país, con 111 personas asesinadas en ese solo día”.

Como en el caso de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, también hay asociaciones que “trabajan en arrojar algo de luz contra la impunidad que rodea a los periodistas asesinados, y creo que está bien hacer cosas como este documental desde la sociedad civil”. Alcalá, sin embargo, no se siente amenazado, pese a que su película señala a prominentes personalidades de la política mexicana que siguen ejerciendo hoy en día, como Manuel Bartlett, actual director de la Comisión Federal de Electricidad.

Políticos en el punto de mira

En 1984, Manuel Bartlett era secretario de gobernación, y tenía supuestamente a Zorrilla como hombre fuerte y de confianza. Hace apenas un mes, en su conferencia matutina, el presidente Andrés Manuel López Obrador salió en defensa del funcionario, que vuelve a estar en el punto de mira por su posible vinculación con el asesinato del ex agente de la DEA Kiki Camarena, en 1985, a manos del Cartel de Guadalajara.

El periodista Manuel Buendía, con una pistola, en el documental 'Red Privada'. NETFLIX

Pese a tan violento contexto, Manuel Alcalá no ve peligro en remover este viejo asunto, y difundirlo mundialmente a través de Netflix:  “Yo no soy periodista. Ellos saben cuando han cruzado una línea peligrosa para conseguir la información, y a ninguno de ellos —entrevisté a muchos— les gusta enfatizar el riesgo. Si no, me dedicaría a otra cosa, dicen. Buendía tenía ese mismo valor. Si me matan, decía, merecido me lo tenía”

Periodista cultural especializado en cine y literatura. Fue redactor de la revista Fotogramas durante 17 años. Ahora colabora regularmente con medios como La Vanguardia, El Mundo, Cinemanía o Sofilm, entre otros. Ha comisariado la exposición Suburbia en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona.