Artes

Gisèle Freund, retratos que capturan pensamientos

Por el objetivo de la fotógrafa desfilaron los referentes de la cultura latinoamericana del siglo XX. Una exposición repasa su obra.

La fotógrafa Gisèle Freund, que retrató a algunas de las figuras más relevantes del siglo XX. CORTESÍA CENTRO JOSÉ GUERRERO

La fotografía es un arte que puede variar dependiendo de cómo se quiera construir esa imagen o de la intención del artista al disparar su cámara. Lo demuestra el trabajo de la reportera francoalemana Gisèle Freund, quien, aprovechando su estancia en Latinoamérica en los años cuarenta y cincuenta, retrató a algunos de los escritores e intelectuales más destacados la época con el fin de capturar el pensamiento en el momento del flash.

La visión de Freund se puede apreciar ahora en el Centro José Guerrero de la ciudad española de Granada, que hasta el 21 de noviembre le dedica la exposición En el sur tan distante, realizada en colaboración con el Institut Mémoires de l’Édition Contemporaine.

“Es un homenaje a una mujer marcada por su coraje y por su capacidad de conectar la cultura con la fotografía”, explica a COOLT el uruguayo Juan Álvarez Márquez, comisario de la muestra y amigo de la fotógrafa, quien destaca que las 52 instantáneas que reúne la exposición permiten conocer “la fuerte personalidad de una mujer que vivió hasta los 90 años, y que comenzó desde muy joven haciendo fotografías con su cámara Leica”.

Nacida en 1908 en Berlín en el seno de una familia de origen judío, Freund vivió en Alemania hasta 1933, cuando, coincidiendo con el ascenso del nazismo, se mudó a París. Ahí completaría sus estudios de Sociología —que culminó en 1936 con la primera tesis universitaria sobre el impacto de la fotografía en ese ámbito de las ciencias sociales— y trabajaría como fotógrafa para revistas como Paris Match y Life. Con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, Freud abandonó Europa e inició una nueva etapa en América que le llevaría a vivir en Argentina, Uruguay y México. Ya en 1953, la fotógrafa regresaría a París, donde permanecería hasta su muerte en el año 2000.

La escritora y editora Victoria Ocampo, fotografiada por Gisèle Freund. CORTESÍA CENTRO JOSÉ GUERRERO

El trabajo de Freund durante todos esos años es un telar que, de manera inconsciente, fue cosiendo —o, mejor dicho, tejiendo— una conexión de lazos culturales y sociológicos a través de la imagen. La exposición En el sur tan distante se centra en los retratos realizados por la autora entre la década de los treinta y la de los setenta, y sitúa el foco en las imágenes de personalidades latinoamericanas. “Los retratos de la muestra no solo capturan el rostro, sino también la esencia de esas personas, como puede ser las manos de Susana Soca o el espíritu de Norah Borges”, explica Márquez, quien destaca que Freund siempre hacía sus fotos en “espacios íntimos con el fin de captar la espontaneidad y naturalidad del rostro”.

Retratos de Gisèle Freund de los escritores Jorge Luis Borges y Pablo Neruda. CORTESÍA CENTRO JOSÉ GUERRERO

Para entender la manera de trabajar de la fotógrafa conviene recordar que su padre, Julius Freund, fue un famoso coleccionista del impresionismo alemán, que acumuló obras de pintores como Max Slevogt. Por eso, se puede pensar que, desde pequeña, Gisèle comprendió la capacidad evocadora que tiene el ambiente en un imagen, algo que ella aplicaría en sus retratos fotográficos.

Por otro lado, el uso del color en las instantáneas de Freund se explica por la influencia de su gran amigo, el cineasta Luis Buñuel. “Gisèle se inició en el color gracias a sus películas”, cuenta Márquez. En retratos como el del filósofo José Ortega y Gasset, ese recurso es especialmente visible, y sirve para dar luz a la imagen.

El filósofo José Ortega y Gasset, visto por Gisèle Freund. CORTESÍA CENTRO JOSÉ GUERRERO

Medio centenar de artistas e intelectuales aparecen dentro de los marcos de la muestra que acoge el Centro José Guerrero. Ganadores del Premio Nobel de Literatura como Pablo Nenuda y Octavio Paz conviven con los pintores Frida Kahlo y Diego Rivera o el poeta Rafael Alberti. Unas fotografías que permiten sumergirse en los ambientes de arte, música y literatura por los que se movió Freund, quien en los años cuarenta y cincuenta realizó más de 80 reportajes fotográficos por todo el mundo para la recién fundada agencia Magnum. La fama de la autora —que en 1980 recibiría el Gran Premio de la Artes del Ministerio de Cultura francés— se debe en gran parte a ese trabajo.

Uno de los encargos más icónicos que realizó la fotógrafa fue su serie de retratos de Eva Perón. “Estas imágenes provocaron un conflicto diplomático entre el Gobierno de Argentina y el de Estados Unidos”, recuerda Márquez. Las fotos, en las que la Primera Dama aparecía enjoyada y con vestidos de alta costura, se publicaron en la revista Life en 1950 y causaron mucho enfado en unos tiempos en los que el peronismo reclamaba austeridad a la ciudadanía. Debido a la polémica, Life fue prohibida en Argentina y Freund tuvo que marcharse del país precipitadamente, con rumbo a México.  

Como explica Márquez, Freund solo quería “que sus personajes retratados transmitieran su verdadera esencia. Podía ser un cantante de tango en un bar de Buenos Aires, unos pescadores en México o Eva Perón en La Casa Rosada”.

Eva y Juan Domingo Perón, fotografiados por Gisèle Freund. CORTESÍA CENTRO JOSÉ GUERRERO

Los últimos años de Freund estuvieron marcados por el alzhéimer. Márquez, que conoció a la fotógrafa en 1992 en París, recuerda que la autora consultaba su archivo cuando tenía una necesidad de regresar a ciertos ambientes, y cree que, “aunque perdió la memoria, ver una imagen seguro que le recordaba ciertos aspectos detalles del pasado”.

Un pasado que ahora recupera En el sur tan distante.

Periodista especializada en información cultural. Colaboradora de medios como Eldiario.es, Vice, ICON El País y El Salto.