La fórmula viral de Karol G

El cuarto disco de la cantante colombiana se ha convertido en uno de los mayores éxitos de la música latina. ¿Cuál es su secreto?

La cantante colombiana Karol G. LEA COLOMBO
La cantante colombiana Karol G. LEA COLOMBO

Con su Mañana será bonito, Karol G (Medellín, 1991) ha pulverizado registros.

Publicado el pasado 24 de febrero, hace apenas una semana, el cuarto disco de la artista colombiana alcanzó en sus primeras 24 horas de lanzamiento las 32 millones de reproducciones en Spotify, récord de un álbum femenino latino en esta plataforma de streaming. También escaló rápidamente al número 1 de la lista global de Apple Music, se situó entre los mayores éxitos de la historia en YouTube y entró a competir con el SOS de SZA por el número 1 de Billboard, la lista de referencia en Estados Unidos. De lograrlo, sería el primer álbum cantado mayormente en español que alcanza esa posición.

Todo un triunfo comercial que, sumado al impacto de otras estrellas como Bad Bunny —quien lleva tres años consecutivos como el artista más escuchado en Spotify—, evidencia que ya caducó esa falsa percepción de que para ser un artista global hay que cantar, obligatoriamente, en inglés.

Pero ¿cuál es la fórmula del éxito de Karol G? ¿Cómo ha conseguido esta cantante y compositora colombiana, que firmó su primer contrato discográfico gracias a su paso por un concurso televisivo en 2006, situarse en la cima de la industria? ¿Qué tienen las 17 canciones que forman Mañana será bonito para atrapar a un público tan masivo?

En entrevista con The New York Times, la artista paisa insiste que las exploraciones sonoras de su último álbum son una cuestión de instinto y no de mercadeo. Sin embargo, es innegable pensar que una canción como ‘Gucci los paños’ está dirigida al cada vez más masivo público fanático del regional mexicano; que ‘Tus gafitas’, producida por Finneas O’Connell, conecta con un público más alternativo y experimental; o que ‘Ojos Ferrari’, el dembow dominicano con Angel Dior, alude a esa mezcla explícita y potente que viene creciendo en la escena caribeña y que se ha vuelto tan contagiosa con personajes como El Alfa o Tokischa.

Videoclip de 'Ojos Ferrari', de Karol G con Justin Quiles y Ángel Dior. YOUTUBE

Todas estas incursiones en distintos géneros muestran lo evidente que resulta para Karol G llegar masivamente a públicos diversos. El reguetón se ha convertido en un movimiento transversal y apetecido por artistas que desean mantenerse relevantes, pero la artista colombiana, lejos de darle el protagonismo enteramente a lo urbano, opta por trasladarse a otros sonidos que no son lo esperado, ni lo impuesto por la industria. No en vano, la música es un idioma universal, y hay que acabar con esa idea adolescente de que si te gusta el rock no te puede gustar el vallenato, el dancehall o la salsa. La capacidad ilimitada de adaptación de Karol G lo confirma: al final es ella y son sus letras, en el género que le pongan delante.

Otro factor importante en Mañana será bonito es la selección de las colaboraciones. Responde, por un lado, a la nostalgia noventera y dosmilera, con las intervenciones de Shakira en la viral ‘TQG’, Sean Paul en ‘Kármika’, Romeo Santos en ‘X si volvemos’, Maldy en ‘Gatúbela’ y el sample de ‘Don’t Worry Be Happy’ de Bobby McFerrin en la canción que abre el disco, ‘Mientras me curo del cora’. Nada es casualidad, y en estas elecciones hay una conexión directa con la música con la que muchos crecimos durante el nuevo milenio. De entrada, ya tenemos algo que nos resuena y que nos hace preguntarnos cosas como… ¿Sean Paul todavía existe?, mientras volvemos a escuchar su acento indescifrable para, probablemente, volver luego a su catálogo de hits. De nuevo, nada es gratuito y todo tiene un sentido.

Videoclip de 'TQG', de Karol G con Shakira. YOUTUBE

Al mismo tiempo, nombres como Quevedo, Angel Dior, Bad Gyal y Sech representan esa transición generacional y apuntan a nuevas tendencias, nuevos sonidos y nuevos públicos, muestra una intención clara de reconocerse en el pasado, el presente y el futuro del sonido urbano latino y de esa manera ir tejiendo estrategias de mercadeo que no se sienten forzadas y que por el contrario funcionan de manera orgánica y la mantienen fresca y codiciada en todo el espectro generacional.

Aparte de lo musical, hay algo vital en la fórmula de Karol G, y es esa facilidad de evocar situaciones del común, que hemos vivido más de una vez en la vida y con las cuales es imposible no empatizar. Desde la ‘Amargura’ que sientes cuando tienes que aparentar que no te rompe por dentro ver a la persona que amaste seguir su vida y reemplazarte a la decepción y la rabia de no querer seguirlo intentando (‘Gucci los paños’), pasando por la necesidad de renunciar al romance y la idea de una relación, pero dejando abierta la puerta de esos “polvos de despedida” (‘X si volvemos’). Y, como si se tratase de la crónica de una ruptura, Karol G ha sugerido un orden alternativo de las canciones en el que se hilan de manera minuciosa la soledad y el dolor, donde reconocerse vulnerable y herida está bien.

Es imposible no encontrar reflejo en las situaciones que se exponen en Mañana será bonito, porque en una o varias ocasiones hemos sido testigos de esos momentos que tienen que ver con la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación. Por eso mismo, es imposible no ahondar en los recuerdos y sentir que en cada canción del disco hay al menos una estrofa que describe algo por lo que hemos pasado. Es por eso que temas como ‘Besties’ se convierten en himnos de empoderamiento, de asumir la soltería como una oportunidad de rodearse de amigas y ser autosuficientes; que canciones como ‘Kármika’ o ‘Mercurio’ nos transportan a esos momentos vulnerables en los que recaemos, mientras que ‘Provenza’ y ‘Gatúbela’ se refieren a esa transformación del dolor en deseo y atracción, sin cláusulas y sin expectativas más allá de disfrutar el momento. Hasta que llegamos a situaciones como las que se narran en ‘Cairo’ y ‘Carolina’ y la puerta se vuelve a abrir y sentimos emociones cada vez más profundas.

Videoclip de 'Cairo', de Karol G. YOUTUBE

Todo esto para decir que no solo se trata de hacer canciones coreables, coreografiables o perreables para la pista, sino de conectar de una manera tan poderosa que te sientas parte de una narrativa, porque, aunque las canciones no se hicieron pensando en ti, te interpelan de una manera en que simplemente no puedes ignorarlo.

A diferencia de la gran mayoría de la música desechable que se publica constantemente cada viernes, que cumple su ciclo en un par de semanas y se olvida, el cuarto disco de Karol G tiene una conexión más genuina, y de ahí en adelante todo es ganancia. No se trata solo de hacer que la gente se pegue en sudor en la pista de baile, a veces también se trata de explicar que el dolor existe, pero que también va a pasar, que mañana será otro día, a veces más bonito, a veces más oscuro. Sea lo que sea, siempre va a existir la esperanza de que sea diferente.

En Mañana será bonito hay vulnerabilidad, dolor, ira, heridas cicatrizando, lujuria y deseo, un amor que florece tímidamente en las grietas de un corazón roto; todo. Tiene todas las esquinas tan cubiertas que siempre encontrarás al menos un par de canciones que resuenen con la etapa del amor que estés atravesando. Una fórmula que abarca todo en el espectro de entenderte y hacerte sentir parte de algo. Esa es la estrategia de Karol G, y sin duda ha funcionado. Y lo seguirá haciendo.

Periodista musical. Creador, director y productor de Sudakas Podcast. Colaborador de medios como Radio Gladys Palmera, Remezcla, Revista Cambio y BeeHype. Fue editor de Noisey en Español y redactor de la revista Vice. Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar 2020.

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