La rehabilitación de viviendas puede ser un arma muy poderosa para abordar los desafíos sociales, económicos y climáticos que enfrentan las grandes ciudades. También para renovar los parques inmobiliarios anticuados y subsanar errores del pasado.
En los 35 municipios metropolitanos que rodean la ciudad de Barcelona, se estima que un 70% de las viviendas data de antes de 1981, cuando se utilizaban técnicas y materiales deficientes, con nulos criterios de sostenibilidad, fruto de la fiebre constructora para acoger las olas migratorias del franquismo tardío y de los primeros años de la democracia. En total, son 424.147 viviendas construidas hace más de 40 años, la mayoría de ellas situadas en barrios populares y con cierta obsolescencia física debido a su antigüedad y falta de conservación. El escaso aislamiento térmico y una deficiente ventilación son algunos de los problemas que afectan a estos inmuebles envejecidos.
Ahora, desde el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) se ha puesto en marcha una serie de ayudas a la ciudadanía para llevar a cabo las acciones de rehabilitación necesarias. Esta convocatoria, que cuenta con una dotación de 103 millones de euros procedentes de los fondos europeos Next Generation para el periodo 2022-2026, beneficiará a más de 35.000 ciudadanos y permitirá rehabilitar 13.650 pisos, en un proceso que servirá para potenciar la cohesión social en los barrios más vulnerables, disminuir los desequilibrios territoriales y reducir las emisiones contaminantes.
“El objetivo de este plan es evitar la degradación de unos edificios habitados por vecinos con pocos recursos; que no tienen la capacidad económica para hacer frente a una rehabilitación integral. Se pretende así prevenir situaciones conflictivas socialmente y garantizar la calidad de vida de sus inquilinos”, explica Antonio Balmón, vicepresidente ejecutivo del AMB y alcalde de Cornellá de Llobregat. Estas políticas, subraya, “forman parte de una reflexión profunda sobre cómo la reforma de estos edificios tiene una influencia directa en la vida de los barrios; entendiendo la rehabilitación desde un eje social e integrador”.
Arquitectura social y subvenciones
El arquitecto y urbanista británico Ralph Erskine sostenía que “la función de los edificios es mejorar las relaciones humanas”. En un parque de viviendas envejecido, la rehabilitación resulta imprescindible para mejorar la calidad de vida de la ciudadanía en cuestiones básicas como la salud o la seguridad. Con esta premisa, y bajo el paraguas de la arquitectura social, el programa de rehabilitación del AMB —que se vehicula a través del Consorci Metropolità d’Habitatge (CMH)— pretende mejorar la integración urbana, reducir las desigualdades sociales de los barrios más vulnerables y garantizar la accesibilidad universal a las viviendas.
Así, se contemplan subvenciones que puedan alcanzar hasta el 80% del importe de la rehabilitación, con un máximo de 21.400 euros por vivienda. En los casos de vulnerabilidad económica severa, los propietarios pueden acceder a ayudas de hasta el 100% del monto. El AMB pretende evitar que la situación económica de los propietarios sea un freno para la necesaria ejecución de las obras de rehabilitación en un parque de viviendas anticuado, que necesita actualizarse también para hacer frente a nuevos desafíos como la transición energética, la transformación digital o la emergencia climática.
“Para actualizar el parque de viviendas es imprescindible buscar la alianza de las comunidades de vecinos, identificar sus necesidades y adecuarla a las nuevas realidades en materia de energía, transformación digital, eficiencia o calidad climática. Se trata de garantizar que estas viviendas tengan vida para las próximas décadas y no queden obsoletas, evitando un crecimiento de las desigualdades entre barrios y comunidades de la Barcelona metropolitana”, explica Balmón.
Eficiencia energética y renovables
Los edificios son los causantes del 36% de las emisiones contaminantes de la Unión Europea y consumen hasta el 40% de la energía comunitaria, según datos de la Directiva Europea de Eficiencia Energética. Además de hacer frente a la vulnerabilidad social, el AMB pretende con este plan de rehabilitación actualizar las prestaciones de su parque de viviendas y potenciar la lucha contra la emergencia climática a través de la eficiencia energética. “La rehabilitación tiene una función extensiva, con el objetivo de adaptarse a los nuevos desafíos energéticos y ser parte de la solución en un contexto de emergencia climática”, asevera el alcalde de Cornellá y vicepresidente ejecutivo del AMB.
El plan de rehabilitación de AMB recoge actuaciones que comportan la renovación integral con el objetivo de mejorar la eficiencia energética de los edificios y la integración de fuentes de energía renovables que a la vez supongan una mejora de la conservación y de la seguridad de utilización. Así, promueve la renovación de fachadas y cubiertas, con la incorporación de aislamientos, la construcción de nuevos ascensores y la actualización de instalaciones comunitarias, entre otras intervenciones.
Simuladores de rehabilitación
Conscientes de la complejidad en la toma de decisiones de las comunidades de vecinos, el AMB ha diseñado un simulador de rehabilitación que permite obtener una estimación del coste de rehabilitación del edificio y las subvenciones que obtendrían los propietarios. En este simulador se puede obtener información del coste de la rehabilitación para los propietarios de cada vivienda del edificio y una estimación de la cuota mensual que pagaría en caso de que la comunidad de propietarios obtenga un crédito a cinco, diez o quince años.
También se puede consultar el visor de rehabilitación que permite obtener de una forma gráfica la información de la estimación del coste de rehabilitación de los edificios, subvención estimada, si disponen de la Inspección Técnica del Edificio (ITE), año de construcción del edificio y número de viviendas.
Los proyectos y obras de reforma, según las estimaciones del AMB, generarán cerca de 4.000 puestos de trabajo directos entre 2022 y 2026.
