La era dorada de Río revive con la restauración del edificio de Docas de Santos

Con su decoración suntuosa, el inmueble, inaugurado en 1908, evoca un período de efervescencia y desarrollo de la ciudad brasileña.

EFE

Río de Janeiro
Restauración de un mural del edificio Companhia Docas de Santos, en Río de Janeiro, Brasil, el 3 de julio. EFE/ANDRÉ COELHO
Restauración de un mural del edificio Companhia Docas de Santos, en Río de Janeiro, Brasil, el 3 de julio. EFE/ANDRÉ COELHO

Uno de los últimos vestigios de la época dorada del viejo Río de Janeiro, el edificio de la empresa Docas de Santos, construido hace 115 años, atraviesa por un importante y minucioso proceso de restauración.

Considerado un icono de la arquitectura, su fachada de piedra, mampostería y mármol destaca entre los rascacielos que se reflejan en el paisaje del centro de la ciudad más turística de Brasil.

Proyectado por el ingeniero paulista Ramos de Azevedo y construido por la empresa Antonio Januzzi, Filho & Companhia, el Docas de Santos refleja un período de efervescencia y desarrollo de la capital fluminense.

Inaugurado en 1908 para ser la sede de la Companhia Docas de Santos, responsable de la administración del Puerto de Santos, el edificio rezuma lujo y refinamiento con suelos de mármol de Carrara, gigantescas puertas de madera cuidadosamente talladas y salones interiores adornados con temática marítima.

Muchos de los materiales utilizados en su decoración procedían de Europa, marca de los Guinle, una tradicional y acaudalada familia carioca propietaria del edificio y de otros iconos arquitectónicos de la época, como el hotel Copacabana Palace.

A lo largo del siglo pasado, el edificio sufrió varias reformas y fue perdiendo sus características originales.

En 1978 fue declarado patrimonio por el Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (Iphan), que hoy ocupa sus dependencias.

Restauración con técnicas ancestrales

Actualmente se está llevando a cabo una de las etapas más importantes y bellas de la restauración: el dorado de los frisos de los techos del vestíbulo.

Adoptando una antigua técnica inventada en el antiguo Egipto, algunos objetos son envueltos con hojas de oro para darles la apariencia de oro macizo.

Además, también se están restaurando las pinturas artísticas y decorativas del edificio, atribuidas a los artistas Del Bosco y Benno Traidler. Cubiertas por capas de pintura blanca desde los años sesenta, las obras de arte salieron a la luz tras su decapado y reintegración cromática.

La restauración de la imponente fachada de piedra ya ha concluido, según Catherine Gallois, arquitecta de Iphan y especialista en piedra.

"Se recuperó el tono ocre del edificio, oscurecido por el hollín durante décadas. Fue un proyecto muy detallado y bien documentado, con base científica y en colaboración entre Iphan y el Centro de Tecnología Mineral (Cetem). Es una obra de arte que se deteriora rápidamente, por lo que necesita un seguimiento continuo", explica.

La conclusión de todo el proceso de obras está prevista para 2024, pues también incluye la restauración de los muebles integrados, tejados, marcos de puertas y ventanas, suelos y paredes, así como reformas en la parte estructural del edificio.

EFE

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