‘Apthapi en el ch'iji’, arte icónico recreado a la boliviana

Una exposición reúne fotografías que recrean con elementos típicos de Bolivia obras maestras de la pintura occidental.

Gina Baldivieso (EFE)

La Paz
Fotografía que recrea 'La última cena' a la boliviana, en la exposición 'Apthapi en el ch'iji', en La Paz, el 12 de septiembre. EFE/LUIS GANDARILLAS
Fotografía que recrea 'La última cena' a la boliviana, en la exposición 'Apthapi en el ch'iji', en La Paz, el 12 de septiembre. EFE/LUIS GANDARILLAS

Una veintena de pinturas icónicas como La última cena de Leonardo da Vinci o la Maja vestida de Francisco de Goya fueron recreadas en fotografías con paisajes y elementos bolivianos como máscaras folclóricas, fajas y aguayos indígenas, comida típica y personajes como las cholitas, las mujeres aimaras de La Paz.

La iniciativa fue bautizada como Apthapi en el ch'iji, o "comida comunitaria en el césped", una versión boliviana del Almuerzo sobre la hierba del francés Edouard Manet, que fue el génesis del libro y la muestra con 24 fotografías inaugurada esta semana en el Museo Nacional de Etnografía y Folclore (Musef) en La Paz.

Los gestores son el escritor Jorge Patiño y el fotógrafo Armando de Urioste que buscaron "hacer una conversión, una traducción de cuadros clásicos a imágenes bolivianas".

"En cada foto hay ese elemento de traducción, de encontrar los símbolos, las imágenes, los paisajes, personajes de los bolivianos" con la premisa de respetar "la composición del cuadro original y el esquema de colores", dice a EFE Patiño.

La motivación de De Urioste fue la posibilidad de hacer "por primera vez fotografía en puesta en escena", lo que fue posible gracias al equipo que se unió a la iniciativa, a la "entrega de los modelos" y al "compromiso con el concepto" propuesto, explica el fotógrafo.

Además de hacer de la fotografía un arte, otro objetivo fue mostrar la "nación plural de distintos" que es Bolivia, en medio de la marcada división interna en un país donde en los últimos años ha habido "un desconocimiento del mestizaje y de los aportes culturales de los otros grupos humanos", señala De Urioste.

'Las dos Fridas' a la boliviana, en La Paz. EFE/LUIS GANDARILLAS
Fotografía que recrea 'Las dos Fridas' de Frida Kahlo. EFE/LUIS GANDARILLAS

Obras simbólicas

La selección de las obras tomó en cuenta criterios estéticos, pragmáticos y simbólicos, según Patiño.

Pragmáticos porque, si bien "hay cuadros que son hermosos", no tenían las "posibilidades materiales" de recrearlos, por lo que se decantaron por obras que estuvieran a su alcance, indicó el escritor.

Una de ellas es Gótico americano, el cuadro de Grant Wood que muestra a un granjero sujetando un tridente junto a una mujer, parados ambos enfrente de una casa. De esta obra se hicieron dos fotografías, una es Gótico andino 2, donde aparecen el aimara Pedro Apaza sujetando una picota, junto a Gloria Mamani, una cholita paceña con sus tradicionales polleras, manta, blusa y sombrero bombín, con el fondo del Valle de las Ánimas, una imponente formación geológica en el sur de La Paz. El Gótico andino tiene el mismo escenario pero los protagonistas son la artista plástica Gilka Wara y el mexicano Félix Catalá, radicado en Bolivia.

La foto que da el nombre a la exposición, Apthapi en el ch'iji muestra a un joven, dos cholitas y un limpiacalzados sentados en el Bosquecillo de Auquisamaña, en La Paz, con alimentos andinos como las tuntas o papas deshidratadas sobre unos aguayos, los coloridos tejidos indígenas tendidos sobre el césped.

Cordero de Dios es el título de la recreación de La última cena, en la que aparecen los modelos de otras fotografías en una mesa con marraquetas, los panes típicos de La Paz, locotos o ajíes bolivianos, y al medio un rostro asado, un plato típico de la región andina de Oruro consistente en una cabeza de oveja cocida al horno.

Las majas de Goya, la vestida y la desnuda, son interpretadas por la historiadora Sayuri Loza, quien en la primera imagen viste una blusa, una "mank'ancha" o enagua de cholita y una faja andina.

El Retrato de Fritza Riedle de Gustav Klimt se llama Pollera blanca, y es protagonizado por la aimara Rosario Aguilar, promotora de la revalorización de la vestimenta de la chola paceña.

Patiño destaca el Vendedor de marraquetas, una versión de La vendedora de flores, de Diego Rivera; mientras que De Urioste resalta A mar no dar, la recreación de Los amantes de René Magritte, en la que se ve a un hombre y una mujer con los rostros cubiertos con banderas de Chile y Bolivia, respectivamente, en lo que sería un beso imposible por las tensiones entre ambos países por la centenaria reclamación marítima boliviana.

Pero la preferida de ambos es La joven de la perla de Johannes Vermeer, interpretada por una muchacha con rasgos aimaras que lleva un pendiente típico de la platería de Potosí y un aguayo.

Patiño y De Urioste esperan hacer a futuro otra serie fotográfica de obras universales con elementos de la región oriental de Santa Cruz.

Gina Baldivieso (EFE)

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